Hablar de MCD a estas alturas se ha convertido más en un reto que otra cosa. Parece que todas las palabras van a ser analizadas con lupa por vete tú a saber qué personas y si no haces la diferencia entre original y actual... te posicionarán en uno u otro bando. Pues bien, sin ánimo de ofender, me da exactamente igual lo que piense cada uno (que fino soy). Para mi MCD ha sido, es y será un mismo grupo, con miembros que han ido rotando, y cuya imagen han echado a perder. Un grupo, pionero en mucho que ha logrado sacar un disco redondo. Discazo, que diría algún portugalujo
 
Grabado en los estudios Lamiña de Mungia, entre octubre de 2003 y febrero de 2004, estamos ante 12 canciones más sencillas, directas y cañeras. Un disco mucho más rocker que cualquiera de los anteriores pero que no deja de lado su vena punk roquera, que podemos apreciar en las letras y, sobre todo, en sus directos donde estos cuatro elementos no dejan títere con cabeza.
 
Tras abandonar Nico el grupo, su plaza la ocupa Elier (Jane Doe, MDH), que junto a Jimmy han conseguido que la base de MCD (bajo, batería) suene muy potente y compacta. A esto habría que añadirle las guitarras que ha conseguido meter Lino (Parabellum) en este nuevo disco y lo que, para mi gusto, destaca por encima de lo músical: el chorro de voz de Tonino que desprende mala hostia en cada acorde.
 
Letras de temas como Dios es Blanco, Lárimas de Cocodrilo o Error Genético, demuestran que, a pesar de tantos años carretera y nueve discos a sus espaldas, no se han dejado ni un ápice de mala leche desde que el grupo se fundara allá cuando el que escribe ni siquiera era un proyecto. Y ya que estamos hablando de temas en concreto, me permito recomendaros Gruñe, que podéis descargaros junto a esta reseña y Avergonzado, que aunque consideré en su día apología del mal gusto, con el tiempo me ha enganchado hasta límites insospechados por muchos ;)
 
Por último, no me puedo callar una reflexión en alto, y es que mientras escribo estas líneas, me vienen a la cabeza la infinidad de chorradas que he leído a la gente en los últimos meses. Me da muchísima rabia que por cosas tan estúpidas como el catecismo esta historia haya acabado de esta manera. En fin, el que quiera entender, que entienda. A mi, avergonzado no me vais a encontrar