COLABORACIONES
 Reseña
 
Mandrágora Negra "Sueños de Realidad"
  13/12/2012     
  Mikel García
 
Cuenta una leyenda milenaria que la Mandrágora Negra era una planta cuyas raíces dibujaban la forma de las piernas de una mujer y que a quien lograba arrancarla de la tierra, sin caer en su maldición de acabar loco de remate o morir en el intento, le otorgaba el poder, el amor, la riqueza y el conocimiento; después de haberla empleado debidamente , en malignos conjuros de magia negra. Hoy en día a pesar que se la sigue considerando como una planta altamente tóxica, es también de lo más curativa, previniendo ciertas enfermedades, hemorroides, legañas... y sirviendo además de analgésico en dolores reumáticos.
 
Imaginen por un momento que en vez de ser una planta fuese un banda que aglutinase algunas de sus mejores virtudes y cuya música tuviese un efecto conmovedor en nuestra psique. Pues esa banda existe, son de Irún y han supuesto toda una grata sorpresa, músicos de gran nivel que no hipotecan su creatividad a un único estilo en particular ni se aferran en lo más mínimo en seguir invariablemente unas pautas genéricas o estructuras monocromáticas y reiterativas. El secreto más importante que esconden es la capacidad de sorpresa y que detrás de cada una de sus canciones se advierte un gran trabajo de construcción, un gran rompecabezas donde cada pieza sería una influencia perfectamente encajada, ennobleciendo el terreno que pisan.
 
En "Sueños de Realidad", su disco debut, encontramos grandes momentos de gran belleza con una cadencia rítmica muy marcada, un power metal melódico con ciertos toques vanguardistas, muy bien trabajado y trazado, teniendo en la figura de su vocalista Moisés Montero todo un diamante en bruto, que moldea su voz en favor de una diabólica y fértil instrumentación que busca su propio camino, picoteando de aquí y de allá pero sin comprometerse con nada que no sean ellos mismos, arrojando verdaderos anzuelos con los que cazarte. Unas composiciones llenas de agudeza, inmensa diversidad y vitalidad musical para hacerte percibir que te están ofreciendo algo distinto y personal y que se escapa del insulso ejercicio de reutilizar una y otra vez lo mismo.
 
La verdad es que lo tienen todo para gustar a varios sectores, por citar alguno a los amantes del genuino power metal que se atrevan a ir un paso más allá de Helloween y derivados o los buscadores de minas de oro, esos que les importa un carajo las etiquetas y que saben disfrutar de un buen disco venga de donde venga. Un trabajo cien por cien adentrado voluntariamente al género al que quieren pertenecer, power metal melódico de nivel y de ligera vertiente progresista, demostrando un excelente conocimiento de los patrones clasicistas, un fructuoso poso musical que guiará estupendamente sus pasos.

Ya desde el arranque con "Tocando El Cielo", se decantan por tener de fondo permanente una frenética y vertiginosa montaña rusa de sonidos embriagadores y de lo más familiares dentro del power, riffs frenéticos que estrujan cerebros y unos teclados muy progresivos que te absorbe hasta el punto de que ya no ves más allá de tus ojos. Aún así, como podemos comprobar, en los siguientes cortes como "Lágrimas de sangre", una canción que habla del maltrato, pidiendo a las mujeres que dejen de llorar y tengan el valor suficiente para salir de dicha prisión; o "Sueños De La Realidad", la perla del disco, de estribillo ultra melódico; no se cierran en balde y turban al oyente con inesperados matices, instrumentos de cuerda y una segunda voz femenina, la teclista Eider Bailador, casando a la perfección con el dramatismo vocal de Moisés. Sin embargo, no acaba ahí la cosa en "Gritare", "No Te Olvidaré" se atreven a juguetear con sonidos aterciopelados, preciosas orquestaciones, algunas de ellas acústicas y una mayor dulzura en las partes vocales para tratar de trazar un ambiente de calidez mágica y acogedora. Una bocanada de aire fresco para poder seguir escuchando el álbum hasta el final. Una innata capacidad imaginativa que queda certificada con un cierre glorioso "Veinte Almas", expresando cada músico, de su misma voz, unos sentimientos a flor de piel, manifestadores de una lucha con toda el alma por cumplir su sueño, contagiar su pasión por la música.
 
Indudablemente apuntan a lo alto, ya sea por el desarrollo de unas estructuras musicales que huyen de lo fácil o la conformación de un universo propio que difiere demasiado de otros. Una nube de identificables influencias que han logrado redefinir meritoriamente con suma coherencia, llegando incluso a concentrarlas con estilo propio, revelándoles como una banda lo suficientemente preparada para dar su paso a una división superior. ¡Estúpido el que los pierda la pista!
 
www.mandragoranegra.com
 
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