La banda de Barakaldo, Vhaldemar, sigue al pie del cañón ratificando su carrera álbum tras álbum, trabajando duro en el local de ensayo, con ilusión y constancia, llegando por fin su reconocimiento con un ascenso meritorio en popularidad. Su fantástico anterior trabajo "Metal of the World" les hizo volver a los escenarios de la mejor manera posible, marcándose una nueva forma de trabajar para hacer llegar su música a todos los rincones posibles. Frutos han recogido, tocar en el Leyendas del Rock 2.012 les supuso volver a tocar este mismo año en el conocido festival alicantino, por cierto, también tocarán en septiembre de 2.013 en el Wings To Rock de Castrillo del Val, Burgos.
 
"Shadows of Combat" es el quinto disco hasta la fecha de la banda, huele a sonidos internacionales por los cuatro costados, y es que no les queda otra, tienen que consolidad su gran momento y saltar fronteras. Este trabajo trae cambios internos, su batería de toda la vida, Alex de Benito, abandona la banda, su lugar es ocupado por una joven promesa, Gontzal García, que no veas como toca. Más cambios, Aitor López, guitarrista, no continúa en el grupo dejando a Pedro J. Monje las labores a las seis cuerdas, ya que su cantante, Carlos Escudero desde el anterior disco colgó la guitarra y se centró únicamente a la voz.
 
Su sonido solvente y labrado tira hacia el speed de doble bombo, dejando paso a riffs más heavys y melódicos que encaminan a zonas internacionales donde surcan grandes formaciones como Gamma Ray o Manowar. Como siempre hay que destacar la gran labor de composición y producción del su guitarrista Pedro J. Monje, uno de los miembros que perpetúan en la formación, dejándonos en cada tema una manera distinta de afrontar los riffs creando un propio sello de calidad y peso específico. Una gozada escuchar este disco!!. Su domino por Europa está aún por ver, pero en su día giraron por Japón, ahí queda eso!!
 
Un comienzo melódico que camina con paso firme, una vena hard rock que rompe los potenciales artísticos, así empezamos con "Rock City", clavado en la parte final con la gran guitarra de Pedro J. Monje, un portento que explota a la perfección a las seis cuerdas. Sonidos de tormenta nos avisan que llega el segundo tema "Black Thunder", vuelco a unos registros más roncos y agresivos, pasajes técnicos y contundentes. Giramos a temas veloces y propios del género, "Danger Street", un power metal clásico con un estribillo fuerte, una buena herramienta de seducción, un punto a su favor. "The Rest of My Life" cargada de contundente base rítmica y envuelta en el lado más heavy metal de la formación.
 
"Beginning" corte atmosférico de un minuto de duración que divide en dos este completo disco. Ahora llega la rapidez concentrada para conseguir un propósito que muchos trabajos quieren, engancharnos en la primera escucha, esto ayuda si los temas son relativamente cortos, de unos cuatro minutos, como es en este caso.
 
"The Old Man" acentúa el lado más barroco, comprimido en coros y muy en la onda de Udo Dirkschneider, uno de los cortes más perfectos que nos hemos encontrado, un single o un videoclip tendría su recompensa. "Old King`s Visions (Part IV)" nos sorprende con ese lado emocional y tétrico de entrada, con velocidad y cambios de ritmo que acentúan los acordes y el doble bombo que va a toda pastilla. "Power of the Night" o "End of the World" siguen manteniendo ese tono rabioso del disco que llega en perfecta comunión con la parte instrumental.
 
"Metal & Rock" ruge riffs de guitarra de comienzo y se nos queda como si fuera un himno, os sorprenderá. "Oblivion" cierra ese trabajo en formato acústico, una manera perfecta de darnos una lección musical.
 
Completo trabajo que ratifica el gran estado de forma de la banda. El tiempo corre a su favor. Se lo siguen pasando bien como en sus inicios y eso es importante para evadirse del stress y desprender adrenalina.
 
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