Considerar si el precio de un disco es caro o barato puede ser algo subjetivo, ya que depende del valor musical que cada uno le otorgue y del tiempo que tarda en agotarse su encantamiento.
A "Regresiones", el séptimo álbum de estudio, de la banda albaceteña Centinela, se le podría graduar como uno de esos chollos que estabas esperando y buscando, un buen acompañante sonoro para grandes travesías. Un suculenta colección de covers que se adhiere a tu memoria con la saña de una sabandija y el destello de una luciérnaga. Que nadie piense que por tratarse de un disco de versiones, ello lo convierte en un producto de usar y tirar, más bien, parejo a la necesidad de pegarse un buen atracón de setas de temporada. El resultado es cuanto menos merecedor de ser escuchado puesto que han sabido impregnar con su propio y personal sonido las canciones de otros, a fin de transportar al oyente a una realidad distinta a la que se encuentra, más allá de la urgencia sónica de las mejores décadas, los años 80 y 90, pero sin desfigurar a éstas hasta lo irreconocible.
Cada versión es un mundo aparte, cuya combinación te atrapa y te crea adicción, un intento pleno de regocijo para destreñar el alma, a causa del atrevimiento, por parte de los músicos, de llevar al terreno propio cada una de ellas, con una naturalidad aplastante, atravesando senderos tradicionales en búsqueda de sensaciones actuales a gran escala y haciendo gala una vez más de la honestidad con la que siempre se han enfrentado a todos sus proyectos.
Déjate llevar por la nostalgia de "Fuego al Corazón" (La versión adaptada del tema "Burning Heart", compuesta por la banda estadounidense de hard rock Survivor ), la llamada a la rebeldía en "Tiempos Nuevos, Tiempos Salvajes", aquello que cantaban los Ilegales en los años ochenta para incitar a la movilización social o la pasmosa vuelta de tuerca que han dado al tema "Adelante" del mítico grupo catalán Lone Star, con una fuerza que quita el sentido y una línea de voz impresionante; el suficiente tiempo, para sentir correr la sangre por tus venas y verte más joven a pesar de que los años vayan transcurriendo rápidamente. Aunque se traten de creaciones musicales ajenas, el planteamiento musical del grupo no ha cambiado ni un ápice, heavy metal clásico con matices actuales, de hecho, todas las constantes de la banda tiene su reflejo en casi la mayoría de las versiones, guitarras supermarcadas, agudos espectaculares y una base rítmica desbordante que acelera tu corazón sin que te des cuenta, primando el conjunto y no excesivamente el lucimiento personal.
Aunque si algo hay que apreciar en este disco de versiones son los ocurrentes matices instrumentales que bañan algunas de ellas, como en su emotivo homenaje a Bruce Dickinson en "El Arca Mágica", el punto de equilibrio perfecto entre melodía y distorsión alcanzado en "Rey de Revolución", cordial recuerdo a la banda de metal clásico y rock Rata Blanca y la consistencia vocal de Cano, quien sabe cómo administrar sus recursos, no tirando de agudos todo el rato. Pieza clave para entender la superioridad cualitativa de la banda, muestra de ello, lo encontramos en "El Hombre que vestía Guay" (La adaptación del tema de ZZ Top "Sharp Dressed Man" o "Yo me rindo" (Cover de Rainbow ,"I Surrender"). Una potencia vocal instantánea que eriza la piel y toma la misma autopista hacia el cielo por donde antes pasaron Rob Halford o Udo Dirkschneider.
Resultan ser tan buenas compañeras en esos trayectos en coche que parecen interminables que al llegar al destino fijado, de antemano, ya piensas llevártelas de nuevo en el viaje de vuelta
www.centinelametal.net