Directa y sin pelos en la lengua, esa es la esencia de
The Nadies y esa es la esencia de su segundo trabajo: Tiempo de esclavos. Por el título y nombre de sus canciones, poco hay que pensar para darse cuenta de la temática político-social de la que el quinteto quiere hacernos partícipes.
Los 31 minutos de álbum están llenos de ideología que puede conseguirse también de manera libre en la red gracias a su licencia Creative Commons. Raro sería lo contrario en un trabajo donde se ataca al consumismo descontrolado.
La criatura viene firmada además de por los artistas que la imaginaron, por
David Palazón de los estudios La habitación del pánico y Sergio Peiró de los estudios SP, encargados de la mezcla y masterización respectivamente.
Esclavitud moderna es la encargada de iniciar el disco. Se trata de un breve discurso extraído del documental De la servidumbre moderna de
Jean François Brient. La narración corre a cargo de Alejandra, una niña que prestando su voz ha dado vida al discurso de la banda. El discurso, íntegramente relacionado con la temática del disco, trata sobre las nuevas formas de esclavitud vinculadas a la economía y su dependencia del trabajo.
Tiempo de esclavos sigue la línea de la declaración inicial. Acompañado por la voz de Fernando Medina de Reincidentes, ponen de manifiesto las desigualdades en las relaciones entre trabajador y jefe tildándolas de esclavitud normalizada.
Tema delicado es sin duda el de los desahucios. Esta triste realidad que aunque ya abandonó las portadas de los medios, sigue siendo un problema que
The Nadies ha querido retratar en su disco con el tema Sin techo. Un tema melódicamente acelerado que acentúa el drama de perder un derecho básico como es la vivienda a manos de quien se supone debe protegerlo.
En primera línea es el cuarto tema del disco y como ya suele ser común trata la navegación a la deriva entre el pesimismo y el cambio optimista que algún día habrá de llegar con la lucha. Se trata del primer tema bailable del trabajo, especialmente la licencia tomada de Eres tú de Modedades, estrofa final que asegurará pogos en sus conciertos.
Más melódica es la quinta pista: La calle es mi negocio. Breve relato sobre la vida en la vía pública y las maneras que existen para salir adelante en ella de alguna manera.
Con
El abuelo, vuelven las guitarras más pesadas acompañando a una rabiosa letra llevada a la vida por una entregada voz y unos acertadísimos coros que resaltan aún más los estribillos. Nos relatan en la que es la canción más larga del CD la realidad que viven nuestros mayores hoy en día. Relegados a un segundo plano y exiliados de su vida cual estorbo, plantea la dura lucha contra la soledad. Musicalmente podremos disfrutar de un elaborado solo de guitarra, desconocidos por norma general en la escena punk.
No podía faltar cómo no un tema dedicado al clero. En
Kiero Konfesarme, cas incluidas, dejan claro sus desavenencias con la iglesia comenzando con un Quiero ver como arden las iglesias. Leguaje más que directo y sin tabúes que cuenta con la voz de Txus de Disidencia.
Dedicado a las movilizaciones ciudadanas está el tema C.N.P.. Un corte que aunque no promueve la violencia ni incita a ninguna clase de acto violento contra nadie, carga contra los abusos que llevan a cabo algunos miembros de los cuerpos de seguridad del estado durante las manifestaciones pacíficas.
Planes de futuro roza casi lo excéntrico. Abogando por lo utópico de poder hacer lo que uno quiera sitúa al protagonista entre lo heroico y lo jeta, aunque por la narración bien podría ser lo macarra. A fin de cuentas cualquier resultado acabaría siendo un escollo para el estado.
Penúltimo corte es
Sangre de mi sangre. Basado en el hecho que recientemente conmocionó a la sociedad española, se centra en los casos de los robos de niños, temática poco común hasta hoy en la música. De nuevo vuelven a tener protagonismo los coros junto al guitarreo tan característico del género.
Casi con intención de convertirse en himno, Un sueño tiene el encargo de cerrar el telón con su soñadora visión. Con tintes similares al
Vamos a contar mentiras, The Nadies nos hace la boca agua con sus ojalases de un mundo mejor.
Un trabajo serio tanto por su temática como por su producción. Las diferentes colaboraciones con las que ha podido contar le otorgan un nivel altísimo que es capaz de hacer perdurar su huella en los oídos de los seguidores. Un trabajo que gustará a los luchadores del género, que por cierto, no tienen excusa para no escucharlo.
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