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El Drogas "Tres Puntadas" |
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Desde el pasado 16 de septiembre se puede adquirir y leer "Tres puntadas", el primer libro que edita Enrique Villarreal Armendáriz, "El Drogas". Una obra que cuenta con un conmovedor prólogo realizado por el escritor Patxi Irurzun.
El poemario, que ha sido publicado por la joven editorial Desacorde Ediciones, se compone a su vez de tres obras, tres puntadas personales y sentidas; "Y si la noche fuese mi cómplice", firmado bajo el seudónimo de Eva Zanroi, y en el que el artista explora su lado femenino, "El ojo de la aguja", que cuenta con escritos sociales y de denuncia, y "El rincón oscuro", parte en la que el navarro da rienda suelta a sus sueños sin cortarse la lengua.
El de Txantrea recoge en "Tres puntadas" los escritos de sus últimos quince años, unos textos llenos de matices, metáforas, surrealismo y erotismo. Algunos de ellos, los incluidos en el apartado "El ojo de la aguja", ya habían sido publicados anteriormente en el periódico Gara, medio en el que Enrique colaboraba con una columna periodística, otros en cambio, son inéditos.
Por otro lado, en "El rincón oscuro", se incluyen pasajes que fueron escritos por el autor a la vez que se daba forma a las letras de "La tierra está sorda", disco publicado por Barricada en 2009. Es en las primeras páginas de este "Tres puntadas", en las que disfrutamos con los versos firmados por Eva Zanroi, Eva son las iniciales de Enrique Villarreal Armendáriz, y Zanroi viene de Zandio y Roitegui, los otros dos apellidos del navarro. Eva es el lado más tierno y sentimental del polifacético intérprete.
Para que os hagáis una idea de lo que podéis encontrar en el interior de "Tres puntadas", os mostramos tres poemas, uno de cada uno de los capítulos incluidos en el libro:
Todos corrían
hacía su propia muerte,
relajados
los músculos tumefactos de la garganta
de tanto grito
chocando en la lengua.
Tanto grito... sólo aire
sin ruido
pero cargado de angustia,
deformado el rostro
quizás por el cansancio
de arrastrar cada día
ese cuerpo inerte.
Eva Zonroi "Y si la noche fuese mi cómplice"
Después de la pica y las banderillas y a la vez que por dentro
le rompía la espada, manchó sus astas también con otra sangre.
La estampa tragicómica de la vida y la muerte.
La mezcla de las dos sangres
Absorbidas por la arena mientras en el tendido
las mantillas y abanicos y pañuelos
y blusas y pancartas
tragan un suspiro o esbozan una irónica sonrisa.
El Comando Moriles ha hecho su tarde.
Que si verónicas, pases de pecho,
Negrobragao, astifino, chicuelitas y mandobles en las gradas
(también pasodobles).
Bajar al ruedo borracho y en pelotas.
Hipnotizar al toro pa comerme sus güevos
y, encima del caballo,
sodomizar al torerotrajeluces.
Salir por la puerta grande
Con las orejas del presidente
y el rabo
de la dama
de honor.
Cuando los toros aprendan a escribiiiiir...
"El ojo de la aguja"
Alguien estuvo buscando el equilibrio
en el tambor de una pistola,
en el émbolo de una jeringuilla,
en la tensión de una cuerda,
en el frío de una cuchilla,
en el vacío desde el octavo,
en el sueño de unas pastillas,
en el punto final de un relato,
en el ruido de la vía.
"El rincón oscuro"
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