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Insolenzia "Lluvia y Sol" |
 17/07/2007
 María G. Guerrero
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Lluvia y sol es el segundo trabajo discográfico de Insolenzia. Un álbum formado por 10 cortes (más un bonus track) muy intimistas, poéticos y cuidados. Donde nos encontramos con un sonido muy aceptable, con temas largos (que van desde los 4 hasta los 7 minutos) cargados de frases bien construidas y pensadas, y con unos ritmos más bien lentos, que en ocasiones dejan un hueco para toques más rockeros y acelerados, aunque también es verdad que en ninguno de los temas se quedan con las ganas de explayarse en solos de guitarra.
En éstas canciones se reflejan el dolor y el sufrimiento, y hay un recuerdo amargo, por ejemplo, para los niños soldado. Jirones de impotencia se pueden intuir en frases como "He dejado en la cuneta los resquicios de las dudas, y de todas las cabezas la mía es la testaruda" o "El juicio del bien y el mal no resucita a los muertos". Tal vez por ello hayan decido donar el 10% de todos sus ingresos a la ONG "Comparte" para conseguir una educación digna para niños desfavorecidos de Nicaragua.
Desde luego lo que más impacta es el cambio radical de estilo de la banda. Atrás quedaron aquellos tiempos del Alea Iacta Est donde al final del libreto nos dejaban la siguiente reflexión: "El rock es una expresión de la juventud que refleja la libertad de un pueblo; si ellos tienen el control, nosotros, nuestro cerebro". Atrás quedó el punkrock acelerado, corrosivo y demoledor. Para dejarnos ahora como último mensaje de su rock poético, con unas frases del poema de Luis Cernuda "La gloria del poeta": "Tu carne como la mía desea tras el agua y el sol el roce de la sombra; nuestros ojos el mar monótono y diverso, poblado por el grito de las aves grises en la tormenta, nuestra mano hermosos versos que arrojar al desdén de los hombres". Éste mismo poema es recitado en el bonus track.
Otra curiosidad el álbum es la colaboración Mariano Gil (cantante de Tako) aportando su voz en "Romance del mundo insonoro".
Tal vez las comparaciones y la crítica descarnada se hagan necesarias al escribir una opinión sobre un álbum, sobre todo si tenemos en cuenta casos como éste, ya que el anterior trabajo de Insolenzia no se parece ni por asomo a lo que ahora tengo entre mis manos. Y aunque es desagradable hasta para el que lo escribe, supongo que aún lo será más para el que ve un resumen de su trabajo en un simple folio. Desde luego, tampoco hay que engañar a nadie. Son dos álbumes completamente distintos, y cada uno de ellos plasma, a mi entender, dos maneras totalmente dispares de comprender y sentir la música.
Puedo decir que a mí me gustaba mucho más Alea Iacta Est, que les veía un potencial tremendo, que me motivaban muchísimo, que se han "vendido", que cómo se puede cambiar de estilo tan radicalmente… Podría decir una y mil cosas, y no tener razón en ninguna, porque lo más importante tal vez sea que los músicos puedan tener la libertad de expresión para poder plasmar en un disco lo que quieran. Es probable que al que no le guste el punk, el rock poético de Insolenzia les cautive el alma.
Es probable que algún día sepamos valorar lo que sale de las entrañas aunque a nosotros no nos llame poderosamente la atención
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