En una época en la que cada vez se miran más con lupa los lÃmites del humor y donde la piel fina resurge para ofenderse por cualquier chorrada, aparecen como héroes justicieros Los Sultanes de la Galaxia. Râdamel IV, Aladin Starfax y Falafêl Universe, el trÃo protagonista en el dÃa de hoy, tuvo que huir de su planeta natal, el planeta Orgasmox, cuando Monoklex, su archienemigo, destruyó este.
El motivo fue que Aladin se habÃa tirado a su hija, asà que oye, su razón de peso tenÃa. El caso es que, por invitación de tu prima, los sultanes se vinieron a la tierra, y parece que les ha gustado, pues aún se les puede ver por aquà los fines de semana de luna llena, o cualquier otro dÃa, según cuadre. Su tema favorito de conversación es el sexo, la homosexualidad de personajes animados que fueron base de la infancia de muchos, como Epix y Blax o Winnie the Pou y el oso Yogui, o narrar alguna de sus locas aventuras (sexuales también) que se ha torcido más de la cuenta por culpa del Jagger. Pero también tienen odas a su tierra, Asturias, plagada de radiactividad y abandonada hasta por el vaticano.
El punk gamberro del grupo, muy del tipo de Monóxido, por ejemplo, se acompaña de una performance con una alta dosis de locura. Bueno, eso opino yo, para ellos que vienen de otro planeta será lo normal, y los que vamos raros somos nosotros. Su sonido, contundente, rápido y muy animado, será difÃcil de sacar de la cabeza durante la tarde.
A lo largo del disco podremos descubrir que se siente cuando te atropella el coche de la policÃa sideral, o los avances de la guerra contra el ejército de Monoklex. Nosotros vamos a tope con nuestros sultanes, que para algo nos han regalado más de media hora de risa.
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