2019 está siendo un año con unos estrenos buenÃsimos. A la larga lista de discazos que han conocido el mundo en estos cinco meses, se une "Herederos de nadie", que, para colmo, es el primer disco del joven grupo Bastardix. Pocos arranques tan prometedores habÃa visto, si bien es verdad que yo sigo siendo un yogurÃn. Pero realmente, este álbum de folk rock me ha impresionado. Ha sido grabado en Sound of Sirens por Julen Urzaiz y masterizado por Jonan Ordorika en Katarain Estudios, con un resultado fantástico al que probablemente ha precedido mucho esfuerzo, tanto de los músicos como de los técnicos, pues no debe ser nada fácil tratar con las pistas de audio de 9 artistas.
Eso sÃ, la potencia de los coros es brutal. Nada más arrancar el disco suena "Herederos", canción de corte crÃtico, con un ritmo folk que destaca muy bien la principal virtud de este género: las ganas de moverse que se apoderan del cuerpo de quien lo escucha. Un gran solo de guitarra al más puro estilo Mago de Oz, y un gran final con un toque más hardcore completan una gran canción en la que los estribillos empiezan a dar buena muestra de lo que es el grupo, energÃa, energÃa y más energÃa. "Pentsatu" es cantada en la lengua de su tierra, el euskera, aportando ese toque de variedad que tanto me agrada ver. Protejamos la diversidad que tenemos, y no dejemos que se pierda o nos la quiten. Con un aire totalmente festivo llega "Esta noche", corte muy animado que nos traslada a una cervecerÃa celta de cualquier pelÃcula de nórdicos de la edad media. Eso sÃ, con una letra muy divertida, que le suelta palos al garrafón e incluso al reguetón (¡Alguien tenÃa que decirlo, y se dijo!). El estribillo deberÃa enmarcarse como himno de borracheras desde ya.
Recuperando el tono serio llega la explosiva "Marionetas", con el banjo tomando un papel protagonista siguiendo la melodÃa de la voz. De nuevo, nos encontramos una canción muy heterogénea, y de nuevo, unos coros fabulosos. "Beldurrarekin" recupera ese ritmo alegre y el euskera, para encontrarnos posteriormente con "Hijos del mar", canción pirata a priori relajada, que se hace muy amena con los cambios de ritmo, y "Finnegan`s wake", la cual se anima con el inglés y un toque muy irlandés.
"Zure zain" es la balada del disco, trabajada en tempos lentos y cubriendo uno de los pocos aspectos que faltaba. En un grupo tan gente, tiene que haber gustos para todos los colores, aunque tengan un mismo punto en común en el folk rock. "Todo sigue igual". El nombre de la canción ya lo avisa. Recuperamos un tema agresivo, más rápido y potente para devolvernos el tembleque al cuerpo. Y perdonad, pero si quedaba un aspecto pendiente de cubrir: la canción únicamente instrumental. "La danza del oso" se ocupa de ello.
Nos vamos acercando al final del disco, con "Ez Jakina", que sigue sorprendiéndonos con la alternancia de los instrumentos en una combinación perfecta. "El rey de Bastardia" lanza una última crÃtica, y un mensaje sincero y claro: "Y si algo has sacao, de este terrible cuento, es que, en todo momento, el rey vivió feliz". Cierra el disco "La patata irlandesa", divertidÃsima historia que enamora por la facilidad de sacar una canción de una simple anécdota. Una vez más, y van trece, estribillo fantástico con la voz principal en perfecta armonÃa con los coros. Bailemos hasta el fin de este maravilloso disco, que luce un final brutal. ¡BravÃsimo!
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