COLABORACIONES
 Reseña
 
Debruces "Poca Broma"
  30/04/2020     
  Pablo Fuñi
 
Teníamos muchas ganas de escuchar material nuevo de la banda madrileña, que nos han mantenido a la espera desde el 2015 con su Bala Vencida, a pesar de que en 2018 sacaron el Indirecto, disco grabado en directo y reseñado también en Insonoro que sirvió para hacernos más amena la espera. Pero necesitábamos nuevas canciones, porque Debruces es un grupo que canta verdades, que abre la mente de quien la escucha, que da la cara defendiendo a los más acosados. Y por desgracia, cada vez son más necesarios.
 
En este Poca Broma, encontramos todo lo que esperamos de ellos. Un disco valiente, fresco, con un sonido impecable y que engancha desde la primera escucha. Su primera canción es "La epidemia", muy acorde a estos días, en la que hablan de una enfermedad peligrosa, que se contagia muy rápidamente, que mata, que nos hace odiar a otros y de la que ya hubo un brote muy fuerte hace unos años. El fascismo.
 
Comparte muchas cosas con el covid, pero uno de estos virus podría ser eliminado con ciencia, el otro tenemos nuestras dudas. "Manipulan" mantiene la energía con riffs rápidos de guitarras, cañonazos de batería y una muy buena base de bajo. Vuelven a encandilar una muy buena letra bajo una melodía adictiva, consiguiendo un equilibrio perfecto entre estrofas, denotando un gran trabajo de composición que es común a lo largo de todo el álbum.

"El armario" y "Mario" son dos de las canciones más sinceras, de las que te ablandan el alma. En la primera, tratan el amor entre dos iguales, pero sobre todo hablan de lo que no debería existir nunca entre dos personas que se quieren: el odio de una tercera por unos prejuicios caducos, que como bien canta el grupo, son los que hay que enterrar. En la segunda, se aborda el acoso escolar, desde un punto de vista diferente al que estamos acostumbrados, está creada para que los niños y niñas puedan escucharla y aprender, para crear conciencia entre l@s más pequeñ@s. Para ella además cuentan con las mejores colaboraciones que podían desear, las de Alex, Pedro y Maider, que pese a su corta edad tienen mucho que enseñarnos. Directo al corazón.

Para levantar el ánimo nos dejan "Cabeza abajo", dosis de autoestima y de fuerza, del más puro estilo Debruces, jugando muy bien con los tiempos, cambiando la dinámica de los ritmos y alternando diferentes riffs. Cuando pases por un mal día, conecta los cascos y dale al play. En "El agujero" escuchamos una melodía en la que destacan más los agudos, dándole un toque esperanzador a la canción, la cual advierte sobre el peligro de ciertas sustancias y caer atrapado en un agujero donde la oscuridad te atrapa.

Los dos últimos temas del disco son "Castillos de arena" y "Debruces", ambos son de sobra conocidos entre los seguidores del grupo, y estos han querido regrabarlos con un sonido más actual, más acorde a lo que es Debruces a día de hoy y además han contado con grandes amigos para ello, Fernando, de Reincidentes para la primera (con guiño al tema Vicio incluido), y Juankar y Ronko de Boikot para la segunda. Hacía mucho que no escuchaba la voz de Ronko y esto ha sido otra sorpresa muy agradable. Aprovechamos para destacar que el disco fue grabado, mezclado y masterizado en La Caverna Estudios de Leganés, por Javier Salas, pieza importante para que el disco suene tan potente, equilibrado y claro.

Sin duda, este va a ser uno de los mejores discos del año, y lo más importante, ¡queda Debruces para rato!
 
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