Después del confinamiento todos los animales salen de la guarida. El Reno más histriónico, metalero y cabroncete viene con disco nuevo a esta nueva anormalidad rara, raruna. No hay que ponerse mascarilla, ni mierdas de esas, para poder disfrutar del Rarezas Raras a volumen de exasperación vecinal, el mínimo aconsejable.
 
Este trabajo no es un disco al uso, como no lo es El Reno como banda. Son diecisiete canciones cargadas de vueltas de tuerca a canciones, ya clásicas, del cervatillo cornúpeto. Señoras, Mis colegas o Festival, a las que les sumamos temas sin enchufe y alguno orquestal, como La Navaja del Trueno Inmortal. También impecables versiones silvestres como Tu Hamster, grabada en vivo en Barcelona.

Sea como fuere, la idiosincrasia del Reno sigue con el himen intacto. La chorrada power o como quitarle hierro al metal, despojándolo de la épica para traerlo a lo terrenal, siguen siendo sus líneas maestras. Nada o poco escapa a la socarronería hilarante que los mantiene en el tiempo. Así en este nuevo disco continua, con gran acierto, el gazpacho sonoro. En el que no andan a la greña, la música disco de los 90, el metal mas recalcitrante, cualquier estilo imaginable y hasta la afilada sombra de la macarena, que juntos y revueltos desfilan por un menú que acaba deglutido con placer y defecado con gusto.
 
La critica de sus letras no parece tener fecha de caducidad, latiendo justo por debajo de la fina piel de la ironía, con un sarcasmo escatológico endémico.
 
El Reno nos sigue dando la receta metálica. Continua por la senda del humor, como principal vehículo transmisor, bien afinado, para afilar sonrisas.