COLABORACIONES
 Reseña
 
D´Órdago "D´Órdago"
  04/11/2020     
  Txutxy Cano
 
La evolución es algo ligado a la raza humana y, actualmente, nuestra propia existencia es la que es fruto de la misma; individualmente el ser humano va cambiando con el paso de su propia vida, tanto interior como exteriormente, por lo que es lógico que nuestros gustos e intereses también lo hagan, enriquecidos en este camino que nos toca transitar.
 
Todo esto viene a cuenta de la esencia de la banda D´ Órdago, un dúo acústico que se forma en Linares en el año 2019 por la necesidad de sus integrantes, Juan José Plaza (Fundido A Negro) y José Antonio Sánchez (La Cuenta la Vieja, ex Kultura de Bar), ambos voces y guitarras acústicas, de practicar un estilo alejado del que realizan habitualmente con sus otros proyectos, iniciando una andadura más intimista, más personal, sin más pretensión que crear música.
 
Y la verdad es que la aceptación de la gente de su entorno y de otros lugares limítrofes ha sido muy positiva, así que se han animado a grabar un primer disco que se llama como la banda, "D´ órdago", autogestionado bajo el sello discográfico Rock CD Records y que ha sido publicado en junio de este año, aunque ya estaba acabado antes de que el coronavirus tuviera que retrasarlo todo.
 
La obra, con una bonita portada, consta de 12 temas, con una duración de casi 45 minutos y ha venido precedida de una buena campaña que han llevado a cabo, primero adelantando un par de videos previos y luego con un documental titulado "Nos la vamos a jugar" , en el que amigos y gente del mundillo del rock interactuaban en plena cuarentena con la formación; que no sea por poner ganas e imaginación.
 
El disco, tocado y cantado íntegramente por ellos dos y sin más instrumentos que las guitarras acústicas y sus voces, comienza con "En mi cabeza" y el sonido de una partida de fondo mientras alguien anima al dúo a que se hagan unos temas, arrancando con el sonido de unas guitarras muy animadas y alegres, de esas que te dan ganas de ponerte a bailar y que levantan a un muerto, con el contraste de las dos voces en ese estribillo en donde la música se acelera un poco más, para luego relajarse ligeramente pero notándose la clase que tienen al tocar y cantar, algo que se percibe todavía más tras el segundo estribillo donde nos muestran sus cualidades y esa elegancia que tienen. Una verdadera declaración de intenciones.
 
La pieza con la que dieron a conocer a nivel estatal este proyecto es "Empercudío", la más largo del disco y que se inicia con unas preciosas guitarras de esas que te llegan hasta lo más adentro de las entrañas, con un sonido muy limpio y relajado y la aparición de las dos voces que se presentan de manera separada, uniéndose en ese pegadizo estribillo mientras las guitarras siguen estando presentes con esa dulzura en su ejecución que contrasta con el desgarro que nos trasmiten las voces y esos "ah ah ah" que dan un aire personal a la canción, como si el dúo se desnudase ante nosotros, surgiendo hacia la segunda mitad de la misma una buena demostración de la clase instrumental de los protagonistas, con ese juego entre ambas guitarras que le dan cierto dinamismo al corte además de enriquecerlo, reiniciándolo en la parte final cuando parecía que éste se había terminado. Un auténtico temazo.

Vamos ahora con "Cuervos" que se inicia con un sonido más oscuro merced a esos sonidos orquestales que le dan un aire inquietante, con la guitarra atrapándonos poco a poco mientras la canción va cogiendo algo más de fuerza, pero siempre con ese tono relajado y acústico, dando mucho protagonismo a la música en este comienzo, para que luego suene la voz de Juanjo que es aquí el protagonista principal en este apartado, con Joselillo arropando a los coros, mientras mantienen ese aire más enigmático pero siempre dentro de este estilo que ellos han creado, creciendo la pieza en intensidad a medida que ésta avanza, con Juanjo demostrando su gran calidad vocal, acabando el corte con la fuerza menguando poco a poco. Aquí demuestran lo variado que puede ser su estilo y además haciéndolo muy bien.
 
Pasamos ahora a la más breve de todo el plástico, "Nunca fuimos calma", que se inicia con ese sonido muteado de la guitarra con Joselillo cantando con fuerza, mientras su compañero le arropa con los coros, dándole un aire más aflamencado, manteniendo esa esencia más canalla de la que el dúo también se abastece, con un bello solo de guitarra hacia la mitad del tema, mientras las dos voces se siguen fundiendo en el estribillo, continuando el desarrollo del mismo de manera pegadiza y pasándose la canción en un suspiro. Una buena forma de ver el rock urbano de las últimas décadas bajo el prisma de la banda.
 
Una de mis canciones favoritas de la banda es "No perder la perspectiva", ya desde ese inicio de guitarra y la impactante voz de Juanjo , perfectamente arropado por la de Joselillo, que te pone los pelos de punta, dándolo un cierto aire épico, continuando el corte por un aire algo más sosegado aunque la intensidad va creciendo cuando nos volvemos a topar con el inicio a modo de estribillo, teniendo la voz un protagonismo clave en la primera parte para ser las guitarras las que cobren una significación especial después, continuando la pieza con el estribillo hasta el final con diferentes matices y registros de voces, concluyendo con una demostración de clase a cargo de las guitarras. Una maravilla y estoy seguro que en directo será muy bien acogida.
 
Muy tranquilo es el inicio de "Solo un ratito", con las guitarras sonando con mucha clase y llegándote a lo más hondo de tu ser, siendo Joselillo el que se hace con la voz, con esa combinación entre dulzura y fuerza, enganchándote poco a poco mientras la pieza va avanzando con muy buenos detalles técnicos, dando paso a un pegadizo estribillo donde ambas voces se combinan y nos trasmiten esa nostalgia por aquella persona que se ha marchado, siendo un balada al desnudo, de esas que puedes sentir como si estuvieran cantando delante de tuyo. Muy bella y entrañable canción.
 
Mucho más animada es desde su inicio "Como Ícaro", que tiene unos sonidos de guitarra de esos aflamencados que te entran ganas de ponerte a bailar, para luego girar el sonido hacia algo más profundo, con la voz de Juanjo en primer término y los coros de Joselillo contrastando pero dando color al tema y dotando de un cierto aire épico al corte en relación a la temática tratada, cogiendo el mismo cierta velocidad a medida que éste va progresando, con un precioso estribillo de los que se te meten en la cabeza con rapidez y manteniendo esos contrastes de intensidad y esos detalles que aportan en cada momento, sonando las guitarras en su máximo esplendor en la parte final, siendo el estribillo el que finiquita el mismo. Otra de las canciones que más me gustan y es que es una pasada.
 
Llega el momento del que fue su segundo single y que salió en pleno confinamiento, estoy hablando de "Muevo el rabo", muy divertido y que nos vino al pelo en esas fechas, con esas guitarras muteadas que le dan inicio y que dotan de un sonido bello al mismo, para toparnos con las dos voces que sacan su lado más canalla, con ese cierto aire al rock urbano en la forma de mostrar el corte, pero siempre llevado a su terreno, y un estribillo de los de cantar sin parar, mientras la pieza va ganando en intensidad, aunque sin renunciar a esos contrastes tan habituales en su sonido y a esa muestra de técnica en la segunda parte y es que de ella tienen a raudales, prolongándose el estribillo hasta el final. Muy directa, animada y, seguramente, de las favoritas en directo.

El sonido de las agujas de un reloj dan inicio a "Aquí empieza el final" que, desde las primeras notas de las guitarras, ya nos deja claro que estamos ante un tema relajado, apareciendo la voz de Juanjo para dar más dramatismo al corte, mientras las guitarras suena con una elegancia y una dulzura que nos llega al interior, siguiendo la pieza por esta línea más dulce, con un estribillo realmente entrañable, para acelerarse y coger fuerza la canción en la recta final, con las guitarras sonando mucho más veloces y Juanjo repitiendo el titulo del mismo hasta llegar a su cenit y luego relajarse para despedirse con ese sonido inicial. Una maravillosa combinación de intensidades.
 
Otra de mis favoritas del disco es "Dragones y princesas" que se inicia con ese sonido de guitarra que te hace erizar la piel unido a una letra realmente bella que habla sobre ese amor que le tienen a la música, con Juanjo cantando con toda la pasión que tiene dentro, mientras las guitarras van remarcando cada frase y ese estribillo que te dan ganas de ponerte en pie y cantarlo con todas tus fuerzas, mientras la pieza gana en intensidad, para luego volver a relajarse levemente ya que las guitarra sigue manteniendo la misma garra para, de nuevo, encontrarnos el estribillo, cantado con mucho sentimiento y pasión, a la vez que las guitarras nos sigue mostrando esa elegancia con la que impregnan a sus composiciones. Si te gusta la música y tienes sangre en las venas te emocionará.

La última canción propia del disco es "Órdago rock", un corte que se inicia con extractos de menciones de la banda en diferentes emisoras de radio y que de alguna manera nos sirve de presentación de la misma, mientras poco a poco van sonando las guitarras de fondo, acompañadas por el sonido de una batería al comienzo, para que, cuando desaparecen las citadas locuciones, se comiencen a oír las voces que se alternan perfectamente dando mucho dinamismo al tema, con partes en las que parecer relajarse levemente pero sólo será un espejismo porque la pieza sigue con esa gran demostración técnica de ambas guitarras que parecen hablarse, dando entrada a las voces y a ese estribillo tan pegadizo, parándose las guitarras, siendo las voces y esa batería las que estan presentes, reiterando el estribillo hasta su conclusión. Una autentica declaración de principios y que te enganchará rápidamente.
 
Y como bonus track nos presentan una canción por casi todos conocida, la popular "Madre anoche en la trinchera", esa pieza que relata los horrores de la guerra y que el dúo ha llevado a su terreno con las guitarras tomando un protagonista muy grande en la primera parte, donde ambas se lucen, para que luego sea Joselillo el que comienza a relatar la historia, siempre con un sonido pausado y relajado, hasta que, tras arengar a su compañero de grupo, el tema se anime y coja más velocidad, dando paso a la voz de Juanjo que dota de aún más dramatismo al corte, devolviéndole el recado a su pareja en la banda para que toque con más rapidez, algo que hace, concluyendo finalmente de manera lenta. Un clásico que han sabido llevar a su terreno con brillantez.
 
De esta manera termina esta ópera prima de los D´ Órdago, un grandísimo disco, que se nos pasa en un suspiro y es que han sabido, no sólo hacer grandes canciones con sólo dos guitarras acústicas y sus voces, sino que, además, han conseguido que éstas sean bastante variadas entre sí, unas más intensas, otras más suaves, pero todas ellas de gran calidad.
 
La verdad es que me ha sorprendido muy gratamente este disco, ya que contiene muchas joyas escondidas y esperemos que esta aventura no se quede en algo puntual sino que haya más canciones y más obras del dúo, sin renunciar a sus otros proyectos, y eso que el listón que han puesto está muy alto, pero estoy convencido que, con el talento que ambos tienen, en un futuro nos deleitaron con nuevas composiciones tan buenas como éstas o mejores aún.
 
Esta obra necesita de varias escuchas para poder apreciar toda la magia y los matices que han sabido dar a su música y estoy convencido que en directo ésta será muy fiel a lo aquí recogido, con el añadido de la propia esencia de los conciertos y que, seguro, hará que estas composiciones ganen aún mucho más en vivo.
 
¡De lo mejor de este 2020!
 
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