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Ilegales "El dÃa que cumplimos 20 Años" |
 27/11/2002
 Santo Grial Producciones
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Nota de Prensa de Santo Grial Producciones:
El paso del tiempo es uno de los culpables de mantenerte siempre en la eterna duda de la ajada juventud o la prematura vejez. Cumplir 20 años en la música es algo de lo que no pueden presumir demasiadas bandas en este paÃs y mucho menos de hacerlo en un envidiable momento de forma. Los grandes nombre del Rock ibérico van poco a poco recibiendo sus merecidos homenajes, algunos que vienen desde el entorno mediático, cultural y musical en el que se han movido, y otros, como es el caso, desde su propio entorno. "Hemos tenido la chulerÃa de celebrar nuestros 20 años con un concierto en el que no invitamos a ningún miembro de otras formaciones, sólo a los que han pasado por Ilegales, porque tenemos la firme convicción de que son los mejores músicos existentes en todo el planeta.
Asà se dirigió Jorge MartÃnez a las casi 10.000 almas que abarrotaban la Plaza de la Catedral de Oviedo, tras haber iniciado sus dos horas y veinte de show con "El Norte está lleno de frÃo" y evidenciando ese recuperado estado de gracia, consiguieron un buen sonido tanto de PA como de monitores, excepto en el caso en que Jandro perdió por momentos el sonido del bajo obligando a repetir tres veces "Regreso al sexo...". Jorge no estaba dispuesto a permitir que ese tema se quedara sin registrar por la unidad móvil que manejaba Aitor Ariño, a un lado del escenario. "Suena en los clubs un blues secreto", corte de apertura de su álbum "Todo está permitido", marcó el inicio del desfile de es - miembros a lo largo del resto del repertorio ilegal. Por el escenario pasaron Willy Vijandre, bajista del grupo durante sus etapas más floridas, que interpretó junto a Ilegales. "Soy un macara" y "Chicos pálidos para la máquina", en la que se sumaron Alfonso Lantero, ex - baterÃa y AntolÃn de la Fuente, teclista. Pero antes y después se subieron también Alejandro Felgueroso y Rafa Kas al bajo, Rubén Mol en la baterÃa, Roberto Collado con la armónica y Juan Flores en el saxo.
La banda sonaba compacta, curtida en largos e intensos ensayos previos a esta noche, algunos llevaban muchos años sin tocar e incluso los más viejos seguidores echaron en falta a David, batera original de la banda que no pudo venirse de Bilbao. Jorge estuvo toda la semana concentrado en el local, todo el dÃa previo a esa noche sin hablar para reservar su voz para esas dos horas y cuarto. Sobre el escenario se mostró sólido, convencido, atento a todo, y sobre todo mordaz, sagaz, irónico y hasta graciosamente ofensivo. Nada comparado con lo que el "Ave MarÃa" de Schuber cantado por una soprano, a modo de insólita intro, hacÃa presagiar. La segunda mitad del concierto fue una pendiente vertiginosa a las entrañas más sucias de su propia historia, las cloacas del alma, a los tiempos de los excesos, de las peleas, el macarreo. "Eres una puta", "Hora mamoncete", "Bestia, bestia" o "Un problema sexual".
El concierto concluyó con la acostumbrada medley - versión de "Destruye" y en pleno calentón eufórico con "El loco soy yo", ya fuera de set.
"Canción obscena" sonaba desde un cd, mientras todos los participantes - después de beberse diez botellas de Tio Pepe, varias más de whisky y alguna que otra caja de cerveza - se despedÃan del público que les acompañará con sus voces y aplausos en ese doble CD en directo + DVD que edita Santo Grial Records.
Evidentemente los tiempos de locura y desenfreno ya forman parte de la historia, ahora sólo queda cierto desequilibrio herencia de aquel tiempo, las ganas de prolongar una historia que por si sola ha durado 20 años, llena de enfermedades y malas experiencias pero con el legado de varias giras sudamericanas, un rosario de conciertos incendiarios y una colección de canciones que quita el hipo.
Una noche para el recuerdo, las peleas se mutaron en fraternales abrazos y felicitaciones recÃprocas, los bares del entorno sufrieron el post - concierto de unos tipos músicos y macarras, al fin y al cabo 20 años no es nada - que cantaba Gardel - y sólo se cumplen una vez en la vida.
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