Los Ramones tienen algo especial. Sería cuestión de pasar unas encuestas entre todos los músicos que ahora respetamos y buscar cuantos en un momento u otro de su carrera has hecho alguna versión suya. Creo que el número sería bastante cercano a todos.
Pero no nos vamos a engañar, habitualmente los discos tributo son más una estratagema de las compañias de discos para dar a conocer a sus nuevos grupos que un tributo propiamente dicho... hay casos a millares y no me voy a poner a hacer el recuento ahora. Mirad los que teneis por casa y comprobareis lo que estoy diciendo. Puede que precisamente ese sea uno de los puntos fuertes de este en particular. Puede que eso sea lo que lo hace tan especial. Desde el propio concepto del disco este tributo se distingue por dos cosas. Primero; las bandas que participan en el son ya bandas reconocidas, que no necesitan este tipo de cosas para vender sus propios discos. Y segundo, la idea ha partido directamente de Rob Zombie, que se ha encargado personalmente junto a los ramones que quedan de las labores de producción y selección de temas. La portada también es un dibujo del propio Zombie y además el disco cuenta con otro invitado de honor. Stephen King, gran seguidor del grupo desde siempre como ha demostrado en muchísimas ocasiones a través de los años.
El elenco pues es de lo más interesante. Red Hot Chili Peppers, Rob Zombie, Eddie Vedder y Zeke, Metallica, U2, Kiss, Marilyn Manson, Garbage, Green Day, Pretenders, Rancid, Pete Yorn, Offspring, Rooney y Tom Waits... Casi nada. Los temas van desde la versión correcta y comedida pero muy interesante (Caso pej de U2) a otras que han sido deformadas hasta parecer un tema del interprete más que de los compositores (Alucinante versión por parte de Red Hot).
Los Ramones se merecían esto y aun más, porque forman parte de nuestra cultura tanto como el vino con coca cola. Son mucho más que un grupo de música en definitiva. Larga vida a los Ramones. Hey ho...
Noche de Rock