Resurgiendo cual ave fénix tras una serie de cambios importantes en su formación, la gente de Orion Saiph regresan presentando lo que es su actual single, “The forest within the trees”, compuesto por dos cortes con los que han dado una vuelta de tuerca a su sonido, consiguiendo dotar al mismo de más potencia y oscuridad. Para conocer algo más del citado trabajo y de la banda en sí, charlamos con ésta en la siguiente entrevista que aquí os dejamos.
Hola, ¿Qué tal lo lleváis?
Aquí estamos, adaptándonos a esta situación tan inusual.
Para quienes aún no os conozcan, contadnos un poco los orígenes de la banda hasta llegar a la actualidad, vuestros inicios, componentes, cambios en la formación etc.
La banda comenzó a finales de 2011 a través de un anuncio en el que Paula que acababa de llegar de Asturias contactó con Oskar. Oskar y Jose habían tocado previamente en otro grupo que no llegó a cuajar. Desde entonces ha habido varias formaciones, con cambios en la batería y la voz, pero manteniendo este núcleo estable.
Acabáis de editar un single titulado “The forest within the trees”, publicado a finales de julio. Contadnos un poco cómo fue su composición y su grabación.
Después de publicar Seven Stages of Grief tuvimos una etapa bastante inestable. Perdimos a Adri a la batería, estuvimos un tiempo ensayando con Julio de Soulbane, pero al final no pudo ser por problemas de trabajo y horarios. Azu (teclista) y Jhonny (voz) dejaron el grupo también, pero justo en ese momento entró Gustavo a la batería y comenzamos a estabilizarnos. Estuvimos un tiempo buscando vocalista y se nos ocurrió proponer a César Conde trabajar con nosotros. De esa unión han surgido estos dos temas que decidimos grabar y publicar justo después del confinamiento.
Para nosotros tienen un punto que les diferencia de los del primer disco y es que César estuvo involucrado en su composición, en el anterior disco Jhonny se encontró con unas canciones que estaban compuestas y listas para grabar, así que su aportación no pudo ser tan rica como si se hubiesen compuesto con él en el local.
Siguiendo con este “The forest within the trees”, ¿Qué tal ha sido la acogida? ¿Os esperabais este recibimiento?
La verdad es que ha sido muy buena. Somos conscientes de que hemos dado un salto importante también en la producción, al contar con Javier Escudero para la grabación y afrontarlo de una manera más profesional. También pensamos que los temas son más maduros y que tenemos más claro cuál es nuestro camino. Por último, los editamos en un momento en el que no estaban saliendo muchos discos, y eso ha jugado a nuestro favor en cuanto a la relevancia que están teniendo.
Sin duda alguna, y sin perder la esencia de la banda, se nota un giro hacia tintes más oscuros y más contundentes. ¿Qué parte de culpa tienen el nuevo cantante?
La oscuridad es parte de nuestra música desde el principio. La escena del metal “oscuro” es uno de los ingredientes junto a la parte más progresiva. César ha aportado unas líneas de voz muy trabajadas, unas letras muy acordes con el concepto de la banda, y sobre todo mucha energía y potencia. Es un cantante excepcional.
Otro de los puntos fuertes de la banda actualmente es la voz de Conde que dota de mucha garra a las canciones aportando esa potencia que, en ocasiones, se contrapone con la melodía de la música. ¿Buscáis intencionadamente esta combinación o es algo que surge de manera natural?
El trabajo con Conde ha sido muy natural. Él tiene su forma de cantar y simplemente la ha acoplado a la música que hacemos. La gente tiene muy en la cabeza su trabajo junto a Propaganda, pero se les olvida que también hizo sus pinitos en el prog con Haven, o que incluso llegó a ser cantante de Odissey durante una temporada. Tiene una voz rasgada muy potente que la gente ya conocía, pero estamos muy contentos de haber rescatado sus potentes melodías para este par de temas.
Siguiendo con este disco, bajo mi punto de vista los teclados tienen un papel importante en los temas; ¿Cómo pensáis trasladarlo al directo? ¿Sería viable incorporar un teclista en un futuro?
Nos gustaría encontrar un teclista de nuevo. Nos parece que aporta mucha profundidad a los temas, pero tendríamos que encontrar a la persona adecuada. La convivencia en el local, el equilibrio de fuerzas musicales en una banda con mucha gente es complejo. En Orion Saiph nos entendemos muy bien y el ambiente es muy bueno, si aparece alguien que pueda encajar estaríamos contentos de poder trabajar juntos, pero tampoco es esencial. Ahora mismo el sonido en directo es un poco más crudo que en las grabaciones, pero los arreglos de teclado en estudio hacen crecer a los temas. Nahúm Cobo y Javi Prieto nos aportaron mucho en estos dos temas. Es probable que volvamos a pedirles ayuda en el futuro.
¿Cuales son las temáticas que tocáis en vuestras letras? ¿Son sensaciones, reflexiones, vivencias personales,…?
En general tenemos letras un poco existencialistas, en las que planteamos temas como el sufrimiento ante la pérdida de los seres que amas, y el papel que tenemos como humanos en la vida. La perspectiva con la que evaluamos nuestras acciones, teniendo en cuenta que todo es efímero y minúsculo en el universo. El ser humano se aferra mucho a cosas que en realidad no van a ninguna parte, deberíamos relajarnos y afrontar la vida como lo que es.
En relación a lo anterior, ¿Dais más importancia a las letras, a la música o ambas son igual de importantes?
Ambas cosas son muy importantes en el concepto de la banda, al igual que lo es cualquier otra expresión de la banda, como las ilustraciones que Azu hizo para nuestro primer disco, o las que Kini de Hard as Iron ha hecho para este single. Si lo que creas no pretende trasladar una idea o sentimiento entonces es como una burbuja de jabón, muy bonita y brillante, pero hueca.
Sois ya gente curtida en la escena cántabra; ¿Cómo la veis actualmente, coronavirus aparte? ¿Hay suficientes locales para poder tocar? ¿Qué tal ha sido la acogida cuando habéis tocado fuera de vuestra tierra?
Ahora mismo es muy difícil contestar a esa pregunta porque no hay “coronavirus aparte”, esta situación ha cambiado las normas del juego y va a tener consecuencias en la escena que aún no podemos medir. Caerán muchas de las salas que conocemos, perderemos técnicos y bandas y habrá que volver a inventar cosas que hacemos por inercia. Es probable que la parte no profesional resista mejor el envite, porque no tiene su pan en la música, pero tampoco sabemos cuánto tiempo libre, cuantas ganas y cuánto dinero le va a quedar al resto si caen sus trabajos y tienen que centrar su energía en otros asuntos esenciales a nivel de supervivencia. Al final el arte encuentra el camino, pero no sabemos cuándo.
En cuanto a lo de salir fuera, es nuestra asignatura pendiente. Tenemos mucha facilidad para hacer una pequeña gira por Asturias y Galicia, por la procedencia de los dos guitarristas, pero siempre se cruza algo justo en el momento en el que está todo casi listo.
Ya que la esencia de la música son los directos, ¿Dais prioridad a tocar mucho o, por el contrario, os queréis centrar más en componer nuevos temas?
Ahora mismo tal y como está el tema, parece que lo más interesante para nosotros es centrarnos en componer. Queremos pasar este año haciendo nuevos temas, reenfocando la banda y volver a grabar si puede ser en 2021.
Teniendo en cuenta que ya lleváis un tiempo en esto de la música, ¿Qué es lo último que os ha llamado la atención y que nos recomendarías?
Hay grupos muy interesantes ahora mismo, que puedan influir en el grupo te nombraría a Haken, Leprous, Steven Wilson u Opeth, por ejemplo. De nuestro entorno cercano, nos sentimos muy vinculados a Reality Check o Bifrost entre otros.
Foto: Jaime González
Como veis al público del rock y de la música en general ¿Anclado en sonidos pretéritos o con ganas de descubrir nuevos estilos y nuevos grupos?
Eso de “el público del rock” es muy amplio como grupo a analizar. Hay gente que está muy metida en la vanguardia y otra gente que sólo quiere volver a escuchar lo que le hizo feliz cuando tenía 15 años y afirma que no hay nada como eso ni lo volverá a haber. Un fan de Obsidian Kingdom o de Jardín de la Croix, y uno que se pone Rock FM para escuchar los clásicos son ambos “público de rock”, pero su acercamiento a la música no tiene nada que ver.
¿Cómo veis el futuro de la música con las nuevas y no tan nuevas tecnologías? ¿A favor o en contra? ¿Y de las redes sociales?
Pues bien. En cuanto a la grabación al final lo que importa es que el resultado sea honesto. Cosas que nos parecen ahora naturales, como usar distorsión en las guitarras o cantar a través de un micrófono con efectos en su momento fueron innovaciones tecnológicas. Al final todo eso se va haciendo cotidiano y acaba siendo parte de la propia composición, porque enfocas tu sonido teniendo en cuenta que existe.
En cuanto a las redes sociales, se han convertido en una buena herramienta para los grupos. Unos temas como los nuestros en un momento como éste, hubiesen tenido mucho menor impacto si no existiese internet. Lo más importante es intentar hacer buena música, pero los medios de comunicación que existen ahora ayudan a difundirla.
Relacionado con lo anterior ¿Qué papel juegan los medios de comunicación clásicos (prensa, televisión, radios, etc.)? ¿Apuestan realmente por las nuevas bandas o sólo por las bandas y artistas consagrados, salvo que pases por caja?
Nuestra experiencia es buena con los medios pequeños. Con los grandes no lo hemos intentado. No solemos abordar a nadie si no hay una relación previa en la que se haya despertado un mínimo interés por el grupo, o al menos intentar conversar llegando a la persona que maneja la web o la radio con la que estás hablando. Hemos tenido alguna experiencia un poco rara con un tipo que nos ofreció aparecer en una revista inglesa a cambio de una pequeña cantidad de dinero, pero en general nos movemos en el underground, y aquí abajo todo es bastante natural si consigues hablar con la gente de tú a tú.
¿Veis difícil mantener a flote la banda teniendo en cuenta la vida laboral, familiar y demás?
Todo depende de los objetivos que te marques. Nosotros tenemos claro que el grupo tiene que servir para purgar una necesidad de expresión artística, para lidiar con tus propios sentimientos y para establecer una comunicación musical con quien quiera escucharte. Más allá de eso son todo castillos en el aire y no tenemos puestas muchas expectativas en lo que pueda venir. Como dicen Dry River: “No es la meta que alcanzar, es el camino”.
¿Cuáles son los planes más inmediatos de la banda, siempre y cuando la dichosa pandemia os lo permita?
Componer, centrarnos en hacer nuevos temas, buscar cómo afrontar la nueva grabación teniendo en cuenta la problemática que se junta por las nuevas exigencias de los trabajos de cada uno y si surge algo interesante hacer alguna presentación en directo. Pero nuestro esfuerzo principal va a estar en el local de ensayo en estos meses.
Más o menos esto es todo lo que queríamos preguntaros así que aquí os dejamos un espacio para que digáis aquello que queráis.
Solo agradecer a Insonoro el constante apoyo que nos ha brindado desde el principio. ¡Todos somos contingentes, pero vosotros sois necesarios!