Tras casi dos horas de viaje y con una temperatura exterior de 38 grados llegamos a las 19:30 a Hornillos de Eresma. Pueblo pequeño, sin dificultad para encontrarlo, y tras una sola pregunta encontramos la plaza en la que se realizaba el festival.
Con solo un nombre como fuente para los pases, nos adentramos en la plaza que ya albergaba a decenas de metaleros. Conseguimos el pase, y un lugar seguro en el que dejar la mochila y los bártulos. Al llegar allÃ, nos enteramos de que el festival está organizado por la asociación cultural del pueblo, Hornillos Eresma. [ crónica ]