Hay canciones que no mueren, simplemente cambian de piel. Y hay bandas que, con cada nota, demuestran que la memoria no es un lugar polvoriento, sino un terreno fértil para el rock. SekÃa, con más de dos décadas de trayectoria, ha tomado uno de los himnos más reconocidos de nuestra historia, "La Puerta de Alcalá", para darle un nuevo pulso, un alma de guitarra eléctrica. Pero en su versión, el monumento ya no es de piedra, sino de roca viva. El icónico Puig Campana de su tierra, testigo de milenios, se alza en su lugar, demostrando que su música no solo hace eco del pasado, sino que resuena con la fuerza de sus propias raÃces.