Sus primeras canciones anunciaban algo especial: dos artistas pluridisciplinares, en el concepto más amplio de la palabra, que escriben canciones traídas de mil sitios y de ninguno y que hacen escuchar su voz. “No Hay Un Dios” era un gran trabajo, una colección de canciones que les ha servido para desarrollar una forma abierta de entender la música con muchos terrenos por explorar.








































