La verdad es que me gustan bastante las fiestas de los pueblos, ya que es uno de esos sitios donde de verdad se saben disfrutar de la esencia de lo que es una fiesta, generalmente con no muchos medios, pero con mucha más ilusión que los grandes fastos que se realizan en las urbes. Cerca de donde vivà hasta los 32 años, en Helguera de Reocin, tiene lugar la fiesta de San Antonio, un buen resumen de lo que eran las fiestas de toda la vida, con un viejo templete con su toldo azul, una barra con sus sillas y mesas situadas frente al escenario, un sola atracción y algún puesto de golosinas; lo dicho, unas fiestas de las de toda la vida. [ crónica ]