Tras el cambio de instrumentos y una severa puesta a punto del escenario, durante la que los ávidos seguidores corearon una y otra vez el nombre de la formación, Soziedad Alkoholika irrumpió en el escenario para agitar a un público que llenó la sala vitoriana.
Después de la demoledora intro interpretaron dos de sus temas más nuevos “Barrio oscuro” y “Contra las cuerdas”. Tras ellos, sonaron la habitual “Polvo en los ojos” y “Política del miedo” incluida en “Mala Sangre”, álbum publicado en 2008.
El combo dejó claro desde el comienzo lo que nos iba a deparar la noche, una buena dosis de sus canciones más recientes intercaladas con sus éxitos de siempre.
Continuando con lo nuevo sonaron “Niebla de guerra” y “Procrastinación”, recibidos con cierta indiferencia por el gentío.
Con la clásica “Palomas y buitres” despertaron a un público un tanto apagado hasta el momento y es que la primera parte del show estuvo algo saturada por sus temas menos conocidos. Entre los seis primeros temas se descargaron hasta cuatro composiciones nuevas. La escasa cercanía mostrada hasta ese instante por los músicos con su audiencia, tampoco ayudó a que ésta se mostrase tan activa y entregada como de costumbre.
A partir de ese momento el espectáculo dio un giro de 180 grados y se convirtió en lo que todos esperábamos, toda una descarga de poderío sonoro por parte de Juan, Jimmy, Pirulo, Roberto e Iñigo sobre las tablas. Las guitarras sonaron contundentes y la batería arrolladora hasta el final de este acelerado espectáculo.
“Sangre al fin” fue otra canción que disparó la locura en la sala, los allí presentes cantaron una a una todas las canciones y ayudaron sin respiro en los coros. Tras ella llegó el turno de “Pelota”, un corte antiguo que si no fuera por la reedición del “Sesión #2″ en el 2009, hubiera sido difícil volverla a oír en directo.
La actuación alcanzó su punto álgido cuando “Ratas”, “La aventura del saber”, “Piedra contra tijera”, “Peces mutantes” y “No kiero participar”, canciones que han marcado una época, cayeron a un ritmo vertiginoso y atronaron en el local. Estos cinco cañeros temas fueron acogidos con entusiasmo e hicieron las delicias de un entregado y extasiado público.
La banda continuaba enchufada e interpretó con rabia “Ningún respeto”, otro de los temas nuevos. Le siguieron la emblemática “Buenos momentos” y la muy aclamada “Pauso bat”.
Tras un breve y merecido descanso el quinteto ascendió al escenario con energías renovadas para tocar “Gora goaz”, tema en euskera incluido en “Cadenas de odio”.
El final se acercaba y para el mismo dejaron grandes éxitos como “Cuando nada, vale nada”, la carismática “S.H.A.K.T.A.L.E.” y “Cienzia asesina” que se inició con el sonido de la armónica de Juan. |