Hay un nuevo festival en Santander, el Movember Food & Rock, primera edición celebrada el pasado fin de semana del 10 y 11 de noviembre en el Palacio de los Deportes, dos jornadas de rock y metal por bandera para reunir a la parroquia rockera del lugar y de provincias limítrofes, más una pequeña oferta gastronómica situada en el exterior del recinto con música casi durante 48 horas, en ese caso con grupos locales y tributos varios.

Un festival que esperamos que se consolide trayendo lo mejor del rock nacional e internacional a la capital cántabra, este año don dos jornadas diferenciadas, primero con las bandas nacionales como Ramoncín, Loquillo y Rosendo, y al día siguiente, la presencia internacional de Europe con ese poder de convocatoria que tienen, Avalanch y The Primitives, sobre Europe, nos quitamos el sombrero, no suspendieron la fecha a pesar del trágico fallecimiento del hijo del batería Ian Hauglan unos días antes, mucho ánimo desde aquí a Ian.

Empezamos con la primera jornada del festival, una afluencia cercana a las 3000 personas que entraron en el palacio de forma escalonada, se notaba que era viernes y mucha gente estaba saliendo de sus puestos de trabajo, Ramoncín se encargaba de abrir el festival puntualmente, justamente le vimos un año antes en el Frontón Astelena de Eibar dentro de una velada rockera que aún recordamos con mucho cariño donde volvimos a escuchar los grandes himnos del artista madrileño.

75 minutos teníamos por delante, lamentablemente el sonido no acompañaba para nada siendo el peor de toda la noche, menos mal que fue mejorando a lo largo de la actuación. En estos momentos Ramoncín está presentando una caja llamada “Quemando el Tiempo”, acompañada de un gran documental llamado “La Vida en el Filo”, dirigido por Charlie Arnaiz y Alberto Ortega, con tres discos, dos de ellos recopilatorios, y un tercero que revisa en formato acústico seis de sus canciones, más un tema nuevo.

Gran presencia de su último disco de estudio editado en el 2010, “Cuando el Diablo canta”, más una grata colección de temas que marcan una dilatada discografía, empezaron rápidamente con temas de la talla de “Putney Bridge” con la que abrían, “Déjame” o “Rompes Mi Corazón”, sencilla y directa. Pocas palabras de Ramoncín en todo el concierto, ya lo dejó claro en la cuarta canción al indicar que había poco tiempo y no lo iba a perder hablando, sino cantando.

A Ramón le apoya La Banda del Diablo de forma fantástica, una auténtica formación de rock & roll que lleva a su líder a la meta sin obstáculos ni contratiempos, estirando por completo la gran actitud que todo buen grupo tiene que tener. Un Ramón pletórico a punto de cumplir 62 años, en un gran estado de forma dispuesto a darlo todo por los escenarios de nuestro país.

Los temas, ensayados a más no poder con otras sonoridades y arreglos por todos los lados, un ejemplo, “10 Segundos” y “Hola Muñeca” con ese violín que tanto nos gusta. También dio un golpe en la pesa en su faceta más reivindicativa con “Forjas y Acero”, una canción, según nos comentaban, que nació años atrás en la reconversión industrial que hubo en la zona de Reinosa.

Tampoco se olvidaron de “La Cita de los Domingos”, “Estamos desesperados” donde la armónica coge las riendas del concierto, “Como un Susurro” cuando Ramón se subió a las pantallas situadas en el foso para acercarse un poco más al público, “Miedo a Soñar” bajo bonitas palabras desde el corazón.

Y llegando al final, con los temazos que muchos estaban esperando, “Hormigón, Mujeres y Alcohol” y “Al Límite”, que levantaron al público de manera instantánea, habiendo consumido todos los minutos del concierto sin desperdiciar ninguno, dejándonos buenas sensaciones dentro de una corta y rápida actuación, por eso buscaremos otra fecha en una sala para aliviar el enganche que tenemos con sus canciones que son pura droga para nosotros, allí, sus bolos son de más de dos horas y media, así que imaginaros lo que puede dar de sí un concierto de Ramoncín.

Una vez terminada la actuación de Ramoncín y después de dar una vuelta por el recinto, nos fuimos preparando para la actuación de Rosendo, cuyo comienzo se demoró más de veinte minutos, y que fue presentado por el legendario locutor radiofónico El Pirata de Rock FM, que estaría pinchando música durante buena parte de la noche.

Y sin más preámbulos, arrancó el concierto de Rosendo, junto a sus inseparables Rafa J. Vegas al bajo y Mariano Montero a la batería, con “Aguanta el tipo”, un tema de su segundo disco en solitario “Fuera de lugar” de hace más de 30 años.

Acto seguido, recordaron su anterior disco “Vergüenza torera”, con dos grandes temas como son “Cuando” y, mi favorito de ese disco, “Muela la muela”, que acabó con ese “viva la revolución” cantado por el público y donde el maestro vaciló con aquello de “eso lo habéis dicho ustedes”….

Resulta curioso que en una trayectoria tan extensa como la del de Carabanchel, interprete canciones de otros artistas, pero ahí está su grandeza, en rendir un pequeño homenaje a Antonio Flores, con una versión del “No dudaría”, llevado a su sonido y donde demostraron una vez más la calidad que posee este trío.

Como ya sabréis, Rosendo ha editado este mismo año un nuevo disco, llamado “De escalde y trinchera”, y así nos lo hizo saber, primero con “Soy” y luego con la inicial “Cúrame de espantos”.
Retrocedieron en el tiempo a principios de este siglo con “Sufrido”, presente en aquel “Veo, veo…mamoneo”, y que contó con un gran solo de un Rosendo, cuyo nombre fue coreado por los presentes, para volver a su anterior disco con el tema que le daba titulo, “Vergüenza torera”, concluido con un “mienten los chorizos”.

Un poco más atrás se remontó para interpretar ese “Amaina tempestad”, presente en “A veces cuesta llegar al estribillo”, para volver al origen de su carrera en solitario con “Y Dale!!”, presente en aquel “Loco por incordiar” de hace ya 32 años y donde Rosendo demostró lo genial guitarrista que es.

De vuelta a su actual disco, llegó el momento de “Que si vengo que si voy”, para, después, interpretar “una de cuando era pequeño” dejándonos con “Qué desilusión” de los inolvidables Leño, que hizo aflorar los aplausos de los presentes.

Una de las canciones más queridas de su carrera en solitario es la magnífica “Flojos de pantalón”, de hace casi 30 años, y que es una de las canciones más esperadas en su concierto, dando paso, acto seguido, a “Masculino singular”, inevitable en su repertorio, gracias al éxito cosechado hace 15 año cuando fue editada.

Era el momento de interpretar un par de temas de aquella opera prima de 1985 llamada “Loco por incordiar”, que contenía temazos como aquel “Pan de higo”, concluida con “al enemigo ni agua”, y que fue seguida por la muy esperada “Agradecido”, con la gente muy motivada.

Se fue despidiendo con “Navegando”, de su segundo disco, con la que presentó a la banda y dejaron momentáneamente el escenario, antes de volver con otra de Leño, la esperada “Maneras de Vivir”, con la que, ahora sí, dejaron las tablas tras hora y cuarto de actuación.

Muy buena actuación de Rosendo que, le pese a quien le pese, es un artista que en directo nunca falla; el que le ha visto alguna vez en directo, sabe que es una garantía porque nunca da un mal concierto, contando, además, esta noche con un muy buen juego de luces durante toda su actuación 

Sabe perfectamente combinar sus canciones más clásicas, aunque siempre se echara en falta alguna, con las de sus nuevos discos, ya que, sobre todo los dos últimos, son muy buenos trabajos.

¡¡Por siempre Rosendo!!

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Con media hora de retraso sobre el plan inicial, teníamos sobre las tablas a Loquillo, rodeado de la gran banda que le acompaña y que, como se demostró, era el artista fuerte del cartel del viernes.

Comenzó su actuación como lo hace su último disco de estudio, “Viento del este”, del pasado año, con “Salud y Rock and roll”, que fue seguida por “A tono bravo”, también del mismo trabajo.
Retrocedió un poco más en el tiempo, para interpretar “El mundo necesita hombres objeto”, de aquel “La nave de los locos” del 2012, antes de ejecutar la primera de la época junto a Los Trogloditas, como es la maravillosa “Territorios libres”, con la banda demostrando la elegancia y la clase que tienen sobre las tablas.

Llegó el momento de recuperar “Planeta rock”, de su anterior trabajo “La nave de los locos”, antes de llevarnos a aquel “Balmoral” del 2008 con “Sol”, que contó con un gran trabajo de  las guitarras y el bajo, antes de llevarnos a ese temazo que es “El mundo que conocimos”, presente en su último disco.

Se notaba que estábamos ante una gran banda, ya que todos sus músicos cobran mucho protagonismo, cada uno en su puesto y mostrándose muy dinámicos, como pudimos ver en esa adaptación de Johnny  Cash llamado “Voy de negro”, tras las que lanzaron un saludo a Cantabria.
Uno de los temas que más me gustan de los últimos discos del artista catalán es “Cruzando el paraíso”, un autentico temazo y que funciona muy bien en directo, aunque nada comparable a “El rompeolas”, de aquel “Morir en Primavera” de hace casi 30 años y que supuso un punto muy álgido en la carrera de la banda, canción que fue muy aclamada por los presentes.

De nuevo vuelta a aquel “Balmoral” de hace casi diez años para interpretar “Memoria de jóvenes airados”, que contó con un fenomenal trabajo de los guitarras, especialmente de un Iosu García que estuvo sensacional durante toda la noche, igual que Igor Paskual que se luciría en “Rock suave”, mítico tema de los comienzos de la trayectoria del Loco.

En el mismo disco que la anterior canción, “La mafia del baile” de 1985, aparecía “Carne para Linda”, en la que el vocalista bajó al foso para saludar y cantar con las primeras filas, en uno de esos gestos que siempre son bien recibidos, igual que lo sería la mítica “La mataré”, en la que destacó la ejecución de su bajista Alfonso Alcalá.

Me sorprendió gratamente el que interpretasen “Besos robados”, uno de sus más conocidas piezas a finales de los 80, aunque no tanto como la clásica “El ritmo del garaje”, presente en el primer disco de la banda, hace ya 35 años, un temazo clave para entender el rock en castellano y es que, como dijo Loquillo, ellos son “nuestra banda de Rock and roll en español”.

También me resultó sorprendente ese guiño que hicieron a Alaska y Dinarama, interpretando una de sus mejores piezas como es “Rey del Glam”, tras la que  la entrada de batería a cargo de Laurent Castagnet nos llevó a ese “Rock n' roll actitud”, que nos devolvió a la última época con los Trogloditas a mediados de la década pasada.

Un nuevo repaso a su actual disco vino de la mano de “En el final de los días”, que precedió a una inesperada revisión del clásico de Lone Star “Mi calle”, de finales de los años 60, que es una de esas maravillas que nos dejó la música de aquellos años y que han quedado un poco en el olvido con el paso de los años.

“Rusty”, uno de los temas presentes en su nuevo disco, fue la antesala de uno de los momentos más esperados de la noche como es ese “Quiero un camión”, de su primer disco con los Trogloditas y que hizo bailar a todo el mundo, con un fantástico trabajo de los guitarras.

Recuperó de sus inicios junto a Los Intocables aquel popular “Esto no es Hawaii”, con un gran protagonismo de su teclista Lucas Albadalejo, antes de llevarnos a aquel “Feo, fuerte y formal”, con el tema que le daba nombre y en la que reconoció estar honrado de tocar junto a dos de sus maestros, antes de presentar a todos los miembros de la banda, dejándose a él para el final y decir que venía desde Barcelona y que “sumamos, no restamos”.

Otro tema de su etapa con Los Intocables es “Rock & Roll Star”, que fue convenientemente alargada, para despedirse, como suele ser habitual, con “Cadillac solitario”, que contó con la colaboración de todo los presentes que cantaron casi solos la canción, dando por concluidas dos hora de Loquillo y su banda, sin parar.

Reconozco que salí muy satisfecho por el concierto visto y por la entrega y actitud de la banda, aunque por poner una pega, quizás en la primer parte del show abusaron de las canciones más nuevas, pero eso no empaña una actuación magistral.

No hay duda que es un artista con una trayectoria musical intachable y que ha conseguido aglutinar entre sus seguidores a gente que escucha música diversa y todo ello gracias a su clase y estilo propio.

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La noche seguiría con Achtung Babies, banda que homenajea aU-2, pero ya eran más de las 2 de la mañana y al día siguiente había que madrugar y recuperar fuerzas para lo que nos esperaba, por lo que abandoné el Palacio de los Deportes de Santander algo cansado pero con el buen sabor de boca de los conciertazos vividos.