Las 22:30 era la hora marcada para el principio del fin. Ese día, el 23 de noviembre de 2019, el que todos esperábamos con ansia, aun sabiendo lo que conllevaba, pero si querer perdérnoslo y poder estar allí para la despedida. Había llegado el día del último concierto de Berri Txarrak.

La banda llevaba 25 años sobre los escenarios, desde sus inicios más metaleros, con una formación original que ha ido cambiando, convirtiéndose en lo que es hoy en día, hasta madurar y alcanzar un estilo más elaborado pero sin perder la chispa metálica inicial. Actualmente, Gorka Urbizu, David González y Galder Izagirre; guitarra y voz, bajo y batería, han llevado a la banda a lo más alto y ponen fin a esta etapa tras una gira “Ikusi Arte Tour 2019” de más de 45 conciertos en menos de un año para llegar a todos y cada uno de sus seguidores.

Desde que de la banda nacida en Lekunberri decidiese marcar el final, no han dejado de tocar y tocar en conciertos, desde los pueblos vascos que les son más cercanos y les han visto crecer, Gernika, Azpeitia, Altsasu…, hasta las grandes ciudades como Madrid y Barcelona, incluso diferentes países como Alemania y Japón, donde han conseguido un nombre a nivel mundial. Han pasado por pequeños escenarios, grandes festivales y macroconciertos con un objetivo claro: que nadie se quedase sin verles y escucharles en directo.

Más de 11.000 amantes de la música y fieles seguidores de Berri Txarrak se sumaron a la despedida en el pabellón Navarra Arena de Pamplona en su segundo día consecutivo tras el “sold out” del viernes y la segunda oportunidad del sábado, con otro nuevo "sold out". Con una gran responsabilidad y honor, el grupo Leihotikan eran los invitados para precalentar el escenario y a los asistentes. Las ganas y nerviosismo se notaba en el ambiente, nadie quería parpadear para no perderse la entrada del trío al escenario, y por fin, puntuales a su cita salieron entre miles y sonoros aplausos mientras sonaba la intro "Eskuak".

Y la gran velada, como era de esperar, comenzó cañera con "Gelaneuria" y "Ez dut nahi", repasando todos y cada uno de sus discos. El público se volcó desde el minuto uno, totalmente desatados y gozando de la noche que tenía por delante. En la pista no cabía ni un alma y las gradas estaban a rebosar, todos en pie saltando y bailando. ¡Los Berri habían montado una buena!

Sobre el escenario, poca parafernalia, ellos tres solitos se bastan para dar un conciertazo sin artificios ni espectáculo, tan sólo su música y sus letras. David, sin parar quieto, se movía de un lado para otro con su enérgica expresividad mostrando el poderío del bajo, volviendo a su micro para los coros, mientras, Gorka mantenía su posición frente al suyo, como director de orquesta. Galder, a la batería, elevado sobre el pedestal, golpeaba el bombo y los platos como si no hubiera un mañana….¡y es que no lo había!

Dado el tamaño del pabellón y para que los que estaban más lejos no se perdiesen en el horizonte, dos pantallas gigantes laterales y una central a modo de fondo mostraban los diferentes planos y puntos de vista de los maestros de la noche. Cañones y grandes focos arriba y abajo iluminaban el escenario y al público logrando una atmosfera inolvidable para ese gran día.
Los temas sonaban uno tras otro sin apenas descanso. Tenían un gran repertorio que repasar y parecía que no querían que se acabase nunca, poniendo incluso más pasión y entrega si cabe, "Spoiler", "Gezur bat mila aldiz" y "Biziraun"; incluso "Bueltatzen", que no suele estar en su setlist habitual.

No podía faltar la metamorfosis de "Oreka" fusionada con "Toro" de los también navarros El Columpio Asesino, desatando las ganas de bailar durante toda la noche; y hasta hubo momentos entrañables versionando y haciendo bailar la coreo de los payasos Takolo, Pirritx y Porrotx al ritmo de "Riki Riki". El tramo principal terminaba con unos cañonazos de confeti al acabar "Iraila".

El primer bis no se hizo mucho de rogar y pronto volvieron con su primera etapa, la más metalera. Sonó "Tortura Nonahi" pedida con pancartas, por sus fieles seguidores desde sus inicios. No era la primera vez que se pedían temas del primer disco "Berri Txarrak", y por fin, sonaban en directo.  Otro tema cañero es "Sols del poble", colaboración con la banda catalana KOP, que levantó a todo el pueblo con mensaje reivindicativo: ¡sólo el pueblo salva al pueblo!

Después de tanta caña y de "Ikusi arte", que parecía el fin de la despedida… todavía quedaba mucho más. Llegó el momento mágico de la noche, en el que Gorka, acompañado sólo por su guitarra y con miles de estrellas tintineantes de fondo, cantó "Maravillas" sobrecogiendo a todo el pabellón mientras mantenía las luces de los móviles en alto.

La sorpresa de la noche estaba por llegar, unos viejos amigos vinieron de visita. Eran Aitor Goikoetxea, Aitor Oreja y Mikel López Rubio, fundadores del grupo hace 25 junto a Gorka Urbizu. Y vinieron para subirse al escenario y tocar un par de temas para gozo de todos los que les conocíamos desde hace tanto tiempo. "Stereo" y por supuesto “Ikasten”. ¡El Rubio volvió a mover su melena como buen heavy metal!

Otro descanso y, casi tres horas de concierto, vaticinaban la llegada del fin… Volvieron con "Katedra Bat" y reventaron el Navarra Arena con un final apoteósico con las dos canciones que todavía quedaban por sonar y posiblemente las mejores y más deseadas por los seguidores: "Dena ez du baio" y "Oihu". No podía haber sido un final mejor, los pelos de punta. En parte tristes por la despedida, pero por otro lado, contentos de haber podido formar parte de este gran momento en la historia de Berri Txarrak.

Todavía sin asimilar lo que significó ese momento, personalmente, me quedo con el tema con el que conocí a los Berri Txarrak…. Me aferro a "Ikusi arte".