Pese a que siempre suelo priorizar el ver a bandas pequeñas y en salas, eso no quita para que, de vez en cuando, me guste ver a algún grupo de mayor relieve y es que a nadie le amarga un dulce y este segundo viernes del mes de marzo, iban a actuar los míticos Seguridad Social, dentro de las fiestas de San José en la localidad cántabra de El Astillero.
Las fiestas de dicho núcleo urbano siempre han estado muy vinculadas al rock, con la celebración de festivales, como el mítico Azero´s Rock o el Alabordaje Fest que ha tomado su relevo, así como los conciertos que se han dado en la calle San José, en pleno centro de la ciudad, como iba a ser esta noche, siendo la última vez que esta web estuvo en el año previo a la pandemia, viendo a El Ultimo Ke Zierre, aunque mi última presencia fue un año atrás, en aquel pasado por agua concierto de Menos Lobos y Los Benito.
Lo cierto es que, pese a que había visto al cuarteto levantino el pasado verano en Santander, no me quise perder la oportunidad de volver a disfrutar con uno de esos grupos que han formado parte de la banda sonora de mi vida, por lo que me organicé para poder acudir a dicha localidad.
Seguridad Social
Una vez Jorge y yo llegamos allí, pudimos observar el buen ambiente que se podía vivir y es que había ganas de fiesta, tomando algo en una de las barras situadas en la calle y cogiendo posiciones, mientras se daba el pregón y el chupinazo, el cual daba oficialmente por iniciadas dichas fiestas, con la consiguiente juerga e interactuación entre la gente del balcón y los abajo congregados.
Tras esta habitual liturgia en caso todas las localidades, iba a comenzar, diez minutos después de la hora fijada, la actuación de Seguridad Social, integrados desde hace ya algunos años por su fundador José Manuel Casañ a la voz, Javi Vela a la guitarra y coros, Jorge Molina al bajo y coros y Víctor Través a la batería, habiendo registrado hasta la fecha 16 discos de estudios, a los que hay que añadir directos, recopilatorios y demás ediciones.
Y empezó a sonar una intro, que dio paso a los músicos, que dieron inicio a su concierto con “La camisa de once varas”, la que abría aquel “Vino, tabaco y caramelos” del año 1988, con el que muchos los descubrimos, y en la que nos saludaron, metiendo mucha caña y siendo muy aclamada, para continuar con “¡Que no se extinga la llama!”, que daba nombre a su exitoso disco de 1991, la cual fue unida a la anterior y que dejó entrever el buen estado de forma de la banda.
De nuevo reiteraron sus saludos y agradecieron nuestra presencia allí, antes de amagar con el inicio de su mega éxito “Chiquilla”, aunque lo que realmente escuchamos fue el “Mi rumba tarumba”, de su “Furia latina” de hace 30 años, muy intensa y cañera e interactuando con la gente constantemente en este temazo, para, sin pausa alguna, continuar con “Solo tú (eres mi pasión)”, de su obra del 1991, muy animada y que logró que el público bailase con su ritmo.
Seguridad Social
Se mostraron hartos de ese mensaje del miedo que se ha instalado en nuestra sociedad, porque en los mapas del cielo el sol siempre es amarillo, como dice “Acuarela”, aquella versión de Toquinho que registraron en su disco de 1997 “En la boca del volcán”, muy tranquila, pero con ese ritmo movido y bailable, para confesar que una de las canciones que más le costó acabar fue la maravillosa “El viajero”, publicada en su trabajo de 1993, un temazo, con muchos contrastes, además de un momento para que se luciese el batería y ese final tan especial que contiene.
Sin dejar dicho trabajo, repleto de verdaderas joyas, era el turno de confesarnos como estaban y es que llegaba “Me siento bien”, también muy cantada por la gente y que nos animó a bailar, para, continuando con esa disco, que cumple este año las tres décadas, pedirnos solo una cosa y es “Quiero tener tu presencia”, una canción que siempre me ha gustado mucho por ese estribillo tan intenso que tiene y que fue muy bien acogida, como todas las que sonaron esta noche.
Siguiendo esa interacción con los presentes, nos preguntó por qué le provocábamos y es que llegaba el momento de “A tontas y a locas”, de aquel “Puerto escondido” del 2005, que también resultó muy movida, cantada y celebrada, para relajar un poco aquello, antes de adentrarse en ese “1, 2, 3 Mueve los pies” del “Introglicerina” del 1990, iniciado por el batería y con José Manuel Casañ con un atuendo más juvenil, siendo muy bien recibida y uniéndose a “Que te voy a dar”, de su disco de hace 35 años y que fue con la que, personalmente, me enganché a la banda, amontonándose los recuerdos en mi cabeza.
Salvo algún brindis entre cantante y guitarrista, apenas había parones entre tema y tema y ahora llegaba el turno de “El ritmo del corazón”, presente en su obra “Camino vertical” de 1999, con mucha fuerza, pasando a esa parte más reggae y bailable, que llevó a la gente a moverse todavía más, antes de anunciarnos que era el momento de pasar a la “Acción”, de su disco del año 1990 y que tantas veces escuché en aquella época en la discoteca Rojo de Solares…cuantos recuerdos: una de mis preferidas de siempre de esta banda.
Seguridad Social
Queramos o no estamos “Condenado a vivir”, un corte de sus inicios, concretamente de su disco “Solo para locos” de 1985, muy guitarrero y que cuenta con ese parón en la parte final, para luego reiniciarlo y provocar la fiesta de la gente, aunque nada comparable a la reacción cuando, ahora sí, se lanzaron a interpretar su tema estrella, “Chiquilla”, que aparecía en su trabajo de 1991 y que 32 años después sigue siendo cantado generación tras generación, como pudimos ver esta noche, mientras la banda se despedía, agradeciendo con el dedo y uno a uno a la gente de las primeras filas.
Lógicamente los presentes no tardaron en solicitar la vuelta de la banda, que regresaría para preguntarnos si todavía seguíamos allí, diciendo que iban a tocar las que le apetecía, siendo el turno de la bella “No verte más”, también de su disco del año 1991, la cual fue empezada por el cantante y el guitarra solamente, para luego entrar el resto, contando con un muy buen solo de guitarra.
Nos adelantaron que les entraba calor viendo lo que iban a tocar y es que llegaba el momento de “Comerranas”, de su disco “En desconcierto” de 1984, siempre muy celebrada y bailada, siendo unida, tras recordar a algunos grandes músicos, a “Reggae conexión”, de su trabajo de 1991, muy movida y bailable, avanzando con la intensa “Mi almohada está preñada”, de su ópera prima “Konsspiración” de 1982, interactuando con el público, antes de recuperar la canción inicial de este medley y meterla más velocidad en su parte final.
Tras quejarse del calor que hacía, llegaba el momento de presentar un corte de su último trabajo, un disco-cómic llamado “La encrucijada” y que salió a la venta en el 2019, en donde estaba incluido “El amor te vuelve gilipollas”, un tema que me gustó mucho y que funciona muy bien en directo, gracias a ese estribillo tan pegadizo que posee, para despedirse definitivamente, mostrándose encantados de haber estado aquí, deseando buenas fiestas a la gente de El Astillero y que nos viésemos por ahí para compartir “Un beso y una flor”, su versión de Versión Nino Bravo, recogida en su plástico de 1997 y que sirvió como presentación a los componentes de la banda, con sus buenos solos correspondientes, acabando con toda la gente cantando a capela el estribillo.
Seguridad Social
De esta manera y mientras sonaba por los altavoces el “What a wonderful world” en versión de Joey Ramone, se despedía la banda, después de haber dado un muy buen concierto de algo más de hora y media, en ese ambiente tan familiar y festivo que siempre tienen sus actuaciones y que incitan al buen rollo y a la diversión, eso sí, sin olvidar que estamos hablando de grandes músicos.
Son muchas las veces que los he visto y nunca fallan, con temas, sobre todo los de la primera mitad de los noventa, que son verdaderos clásicos, pero sin renunciar a sus primeros discos, ni a seguir haciendo nuevos y buenos trabajos, con esa diversidad musical que hace que nunca sepas por donde pueden ir sus lanzamientos, pero dotándolos siempre del sello propio de la banda.
Una banda para disfrutar en directo y saltar y cantar con su música.
Y así concluía esta noche de viernes para mí, aunque supongo que la fiesta se prolongaría hasta altas horas de la noche por las calles y bares de El Astillero, llevándome el gran recuerdo de un concierto de Seguridad Social que me pareció más intenso y directo que el que había visto el pasado verano y demostrando, una vez más, que saben lo que se traen entre manos cuando se suben a las tablas, lo cual es del agrado de aquellos que vamos a verlos.
Finalmente, esperemos que el resto de los ayuntamientos copien a este municipio y apuesten por el rock and roll, sea del tipo que sea, que falta hace.