La verdad es que tenía apuntado desde hacía casi dos meses la fecha del 11 de marzo para ver en directo a la gente de Orion Saiph, a los cuales hacía demasiados años que no veía en directo, junto a Bifrost, a los que había disfrutado a principios de año, presentando su nuevo disco, pero que son una banda que toca poco en directo y que merece la pena verlos; además, el evento iba a tener lugar en el Espacio Creativo José Manuel Illera, que se ha convertido en un lugar de referencia para el rock en Torrelavega y por donde hacía ya casi dos meses que no me dejaba caer.

Pero, desgraciadamente, una mala gripe echó por tierra la participación de los segundos, por lo que hubo que buscar, con rapidez, un sustituto de última hora para que el concierto pudiera llevarse a cabo con normalidad, echando mano de la agenda de contacto y contando con los bilbaínos Golden Wood para esta jornada, en un contraste entre dos estilos diferentes, aunque, si te pones a mirarlo, tienen más cosas en común de lo que parece

Pues para allá fui, en una noche bastante lluviosa y que hizo que no fuéramos muchos los que nos acercásemos a las citadas naves que configuran este espacio, algo que, ciertamente, me dejó un poco confundido ya que, en verdad, me parecía un cartel muy interesante y por un precio testimonial, pero bueno, ya sabemos que somos mucho de hablar y poco de hacer por estos lares.

Con absoluta puntualidad sobre la hora fijada, teníamos sobre las tablas a Golden Wood, que en esta ocasión se reducía a ser Javier Fernández Paiz en solitario a la voz y la guitarra, ya que su batería, Zohiartze Herce, no pudo acompañarlo al haberlos avisado con tan poco tiempo, siendo un grupo que ya pude disfrutar en otro formato hace casi 4 años y que tienen publicados hasta la fecha los discos “Golden Wood” del 2019 y su más reciente “La sala de los espejos”, que salió a principios de este mismo año.

Se subió Javier al escenario, presentando esta aventura y agradeciendo a Oskar, de Orion Saiph, el que hubiera contado con él, comenzando con “Slave”, de ese primer disco, que fue anunciada como una pieza folk, con un bonito y delicado sonido, que nos fue poniendo en antecedentes de lo que íbamos a escuchar, para continuar con “No vengo a hablarte”, de aquel proyecto llamado Tailor Box, recuperado ahora para este directo y que habla sobre la necesidad de aparentar, contando con momentos muy intensos y con un bonito final.

Llegaba ahora el que fue el primer adelanto de su presente disco y que además es el que lo abre, es decir, “Mi voz en el viento”, que fue compuesto en plena pandemia, según nos confesó, demostrando esa gran voz que tiene y con esos contrastes de intensidad, que hacen que no pierdas el interés por el corte, para, buscando la complicidad con un público que no era el suyo, vacilar sobre su voz y continuar con “¿Quién sabrá…?;”, también de su actual trabajo, una canción que confesó le removía mucho, algo lógico, porque es una bella y relajada composición que te llega muy dentro debido a su letra.

De regresó a su ópera prima, era el turno de “Once again -A false disguise”, la que la abría, una pieza que creó, según nos dijo, improvisando la letra y se dio cuenta de que acababa hablando de él, siendo una canción que va cogiendo fuerza progresivamente, para luego relajarse y finalmente volver a crecer, para regresar a su nuevo disco con un tema que también ha recuperado de su etapa con Tailor Box, como es el maravilloso “Cree, siente”, un clásico ya en su repertorio y que fue tocado con mucha delicadeza y gusto.

Antes de la canción precedente ya había anunciado que, para un día tan especial, había preparado una sorpresa y ésta iba a llegar ahora, pidiéndonos que cantásemos con él y es que se trataba de su versión del “Harvest” de los Opeth, relajada, pero con intensidad, para luego coger más fuerza, dejándonos una gran interpretación, para pasar a interesarse por como íbamos de tiempo, con aprobación de los organizadores, continuando con “Dream awake”, del primer disco y que fue presentada como algo más funky y es que ciertamente es un corte más movido de lo que en ellos es habitual.

Fue avisándonos de que solamente le quedaban dos, comenzando con “El arte de medrar”, la que fue presentada como su favorita de su actual disco, con un sonido muy animado y con fuerza, pero con algunas partes más relajada, aunque la esencia era intensa, para pasa a mostrarse encantado de haber estado aquí, de nuestra asistencia y de que Oskar hubiera contado con él, dándonos a escoger entre que tocase una pieza marchosa o una épica, decantándose por la primera, aunque diciendo que igual también caía la otra, siendo la primera el “Stayin´ alive” de los Bee Gees, dándola un toque personal, en la que se produjo la rotura de una cuerda de su guitarra y con la gente coreando estribillo, cantando en falsete el final.

Y así concluía su actuación, ya que la rotura de la cuerda nos impidió disfrutar del “Going to California” de Led Zeppelin, que estaba apuntado en su repertorio, pero para el que necesitaba dicha cuerda, dando, así, por finalizada su velada, tras, más o menos 50 minutos, de un muy buen concierto, muy entrañable y notándose la calidad de sus canciones, de su voz y de su música, algo que, los que ya le habíamos visto en directo, conocíamos.

Probablemente muchos de los presentes no conocían la música de Golden Wood, pero, gustos aparte, lo que es indudable es la calidad de estas composiciones, unas piezas que, escuchadas con detenimiento, te calan muy dentro y demuestran la complejidad de estos temas, en donde hasta el último sonido de la guitarra busca emocionarte y hacerte disfrutar.

Esperemos volver a verlo por estas tierras a no mucho tardar y ojalá sea con un repertorio más amplio; os aconsejo que lo escuchéis, sino lo habéis hecho ya, y, sobre todo, que veáis a Golden Wood en directo.

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No hubo apenas pausa entre la actuación de Golden Wood y la de Orion Saiph, ya que estaba todo preparado para que comenzase esta formación cántabra, fundada ya hace más de 12 años y que está compuesta en la actualidad por Miriam Martín a la voz, Paula González y Javier Prieto a las guitarras y voces, Oskar Sánchez al bajo y voces y Gustavo Merino a la batería y voz, a los cuales no veía en directo desde hace ya más de cuatro años y medio, precisamente junto al anterior grupo de Javier Fernández Paiz.

Hasta el momento la banda ha publicado los discos “Seven stages of grief” del 2018, “The forest within the trees” del 2020, tras cuya salida les hicimos una entrevista en esta web, y ese “Longing for the light” que publicaron el pasado año.

Subieron con esa frase de que había quedado una buena noche para hacer música depresiva, comenzando, como en su último disco, con “Rotten oak”, esa breve introducción que se inició de manera tranquila, siendo seguida, como en dicho trabajo, por “Longing for the light”, la que le da título y que es una maravillosa pieza, en la que se combinan las voces de Oskar y Miriam, lo que la da un toque muy especial a esta composición relajada, pero intensa.

Sin tiempo que perder, enlazaron la anterior con “Final spring”, de su ópera prima, muy cañera desde el inicio, con los coros de Oskar sonado más intensos, mientras Miriam iba metiéndonos más en el concierto, contando, además, la pieza con unos coros muy poderosos por parte de las voces femeninas de la banda, para, tras recordarnos que tenían puesto de merchán, continuar con el recorrido por aquel primer disco con “The bride”, que fue presentada como un tema que habla de esa esposa que algunos tenemos llamado música, muy pegadizo, pero machacón, combinado con partes más tranquilas y con ese parón poco antes del final.

Miriam nos confesó que para la siguiente canción se iba a sentar, ya que le tocaba cantar a Gustavo y es que era el momento de su versión del “In my time of need” de los Opeth, muy tranquila, pero con un gran solo de guitarra de Paula y con una muy bonita combinación de las dos voces, antes de continuar con los temas propios, siendo el turno de “Primitives”, de su segunda referencia, muy intenso y con fuerza, siendo una de los cortes más conocidos de la formación y teniendo el bajo mucho protagonismo en la parte final.

Oskar presentó el siguiente tema como una composición que le escribió a su hijo cuando nació y cuya temática es muy acorde a la noche que estábamos viviendo, siendo el turno de “Pain, grief and sorrow”, de su primer disco, muy cañero desde el inicio, con un ritmo pegadizo y combinando partes más machaconas con otras más suaves, teniendo algún problema al final con el bajo, pero luciendo con un gran solo de Javi, demostrando la calidad que posee.

Igual que en el disco que estaban presentando, unida a la anterior llegaba la que restaba del mismo, “In the shadow”, una canción que Miriam confesó que la rasga el alma, muy relajada y con la voz en primer plano al principio, con diversos contrastes, aunque ganando fuerza progresivamente y con la vocalista luciéndose ampliamente y dejándonos ver la gran calidad vocal que atesora.

Precisamente Miriam nos adelantó que, como la siguiente nos la sabíamos, teníamos que cantar, siendo el turno de “Distant sun”, de su primer disco, con ese sonido tan pegadizo y animado, contando con un duelo de solos de guitarra, siendo una pieza muy quedona y con esa parte a capela casi al final de la misma, tras la que avisaron de que se iban, agradeciendo la presencia de Golden Wood y la labor del Espacio Creativo José Manuel Illera, en una ciudad cadáver como es Torrelavega, dejándonos con la que les faltaba de su segundo trabajo, “Trees”, la cual empezó con fuerza y es que es un temazo, muy bien tocado y con muchos contrastes de intensidad, concluyendo con ese genial final.

De esta manera y tras más o menos una hora de concierto, concluía esta gran actuación de unos Orion Saiph que demostraron que, pese a todos los contratiempos que han tenido en su trayectoria en forma de cambios de componentes, han sabido salir airosos de los mismos, dejándonos una velada en que sonaron muy bien y tocándonos esos temas que ya son muy conocidos y queridos por todos.

Centraron su concierto, lógicamente, en sus dos últimos trabajos, los cuales tocaron en su integridad, sin olvidar algunos cortes de su primera criatura, con ese toco personal que Miriam le ha dado a la música de la banda gracias a su fantástica voz, que permite ampliar esos registros, tanto en los temas más actuales como en los grabados por los anteriores cantantes.

Orion Saiph han sabido crear un estilo propio, aunque éste está en continua evolución y con el que saben calar en sus seguidores, tanto por la calidad de sus creaciones, como por su nivel musical; os animo a conocerlos y a verlos en directo, si no lo habéis hecho ya porque lo vais a disfrutar.

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Con el merchán que me faltaba de ambos grupos bajo el brazo y tras charlar brevemente con alguno de los asistentes, me marché de ese genial recinto que es el Espacio Creativo José Manuel Illera de Torrelavega, un sitio que sigue apostando de manera autogestionada porque la música underground siga sonando en Torrelavega, como esta noche hicieron Golden Wood y Orion Saiph, que dieron sendos conciertazos, en un local en el que solamente faltó un poco más de gente; como ya he dicho otras veces, es bueno quejarse de lo que no tenemos, pero también hay que apoyar lo que hay para que al menos esto siga adelante y que la gente que lleva a cabo estos actos no arroje la toalla.