Si había un evento que, desde hacía meses, acaparaba la atención, no solo de los seguidores al Metal en Cantabria, sino también de muchos de las comunidades autónomas cercanas, era éste, que iba a tener lugar el 16 de noviembre, en el Escenario Santander y que iba a reunir, ni más ni menos, que a Hiraes, Wolfheart, Moonspell y Dark Tranquillity, cuatro bandas que estaban girando por toda Europa y que esta noche iban a hacer escala en la capital cántabra.
La verdad es que era una ocasión única para todos los amantes de esta música, independientemente de que te pueda gustar más o menos una banda y un estilo que otro, así que se aventuraba una gran entrada, como así ocurriría, y yo no quería perderme este evento por nada del mundo, así que me acerqué a la sala santanderina por segundo día consecutivo, después de haber estado allí mismo la noche anterior.
omo en las inmediaciones del lugar, en donde iba a tener lugar el concierto, iba a celebrarse, casi a la misma hora, el partido entre el Racing y el Burgos y, algo después, el concierto de Los Chichos, me fui con mucha antelación para poder aparcar algo cerca de local, pero, aunque llegué 45 minutos antes del comienzo del evento, tuve que hacerlo a más de un kilómetro de la sala, ya que aquello estaba lleno de coches, que no hacían nada más que llegar y llegar.
Hiraes
Una vez dentro de la sala, pude ver que había ya una gran entrada, aprovechando, que todavía había tiempo, para charlar con algunos de los presentes e ir adquiriendo algo de merchán, éste último a precio de oro y es que, ciertamente, tanto los discos o Cds, como las camisetas y demás, estaban a importes realmente prohibitivos, resultándome siempre curioso el alto valor de la música, sobre todo en esta época en que casi nadie compra material físico y a ese coste todavía menos.
Pero vamos propiamente con los conciertos, que iniciaron de manera puntual, como ocurriría durante toda la noche, los alemanes Hiraes, un quinteto que se funda en el pandémico año 2020, el cual está formado por Britta Görtz, voz, Lukas Kerk, guitarra, Oliver Kirchner, guitarra, Christian Wösten, bajo, Mathias Blässe, batería, y que cuenta ya con los discos “Solitary”, del 2021, y “Dormant”, del 2024.
Entre una densa nube de humo, que les acompañaría durante toda su breve actuación, y ocupando la parte delantera del escenario, limitado por el espacio ocupado por las baterías de los grupos cabezas de cartel, comenzaron su concierto con “Through the storm”, el corte que abre su actual disco, tocado a toda velocidad, aunque notándose que el sonido estaba muy limitado, dejándonos un tema poderoso y contundente, con su vocalista acercándose a las primeras filas para buscar la conexión con el público.
Hiraes
Continuaron recordando ese último trabajo, tras saludarnos, con “About lies”, el tema más extenso del mismo y que se inició con un sonido juguetón, alternando, luego, partes machaconas con otras más rápidas, demostrando la contundencia de su propuesta, un corte que tuvo un momento en que se relaja y utiliza voces limpias, antes de retomar la intensidad previa y buscar nuestra interacción.
Otro de los temas de esta nueva obra es “We owe no one”, un corte muy enérgico y poderoso, a la vez que constante y contundente, dejándonos una composición con mucha intensidad, buscando siempre la conexión con la gente y contando con un potente sonido de batería, para continuar, en ese mismo disco, que sería del único que tocarían canciones, con “Undercurrent”, la cual empezó lenta y machacona, con el público dando palmas, siendo una pieza relajada y pausada en la que alternaron voces limpias y guturales, volviéndose luego más potente e intensa en su segunda parte, ganándose a la audiencia y que tuvo un poderoso final.
Y, por desgracia, no había tiempo para más, y tras 20 minutos sobre las tablas y haber tocado solo 4 canciones, concluía la actuación de Hiraes, con el “God gave rock 'n' roll to you” de Kiss sonado a modo de outro y con la habitual foto final con el público, después de haber dado un muy buen concierto, algo menguado por el sonido, aunque lograron ganarse el cariño de los presentes.
Hiraes
La verdad es que, en el poco tiempo que estuvieron sobre las tablas, Hiraes demostraron ser una banda muy a tener en cuenta y a seguir, ya que evidenciaron ser una formación muy contundente, que sonó de manera muy engrasada y con una vocalista que sabe combinar perfectamente algunas partes voces limpias con las más habituales guturales y haciéndolo, además, de manera muy destacable.
Habrá que seguirle la pista a este quinteto y esperemos que los podamos volver a ver con unas mejores condiciones de tiempo y sonido.
Como era de suponer, el cambio entre banda y banda fue muy ágil, ya que todo estaba milimetrado, y enseguida teníamos sobre el escenario a los finlandeses Wolfheart, un cuarteto que se crea en el año 2013 y que está integrado por Tuomas Saukkonen, voz y guitarra, Vagelis Karzis, guitarra y voz, Lauri Silvonen, bajo y coros, Joonas Kauppinen, batería.
La verdad es que no han perdido el tiempo y son ya 7 los discos que han editado, titulados “Winterborn”, del 2013, “Shadow world”, del 2015, “Tyhjyys”, del 2017, “Constellation of the black light”, del 2018, “Wolves of Karelia”, del 2020, “King of the north”, del 2022 y su más reciente, “Draconian darkness”, de este mismo año, además del Ep “Skull soldiers”, del 2021.
Y comenzaron su andadura subiendo al escenario mientras sonaba una intro oscura y enigmática, que fue prolongada, mientras los músicos se situaban delante de sus micrófonos, con esas cornamentas que los adornaban, para iniciar, propiamente, su actuación con “Strength and valor”, de su ópera prima, un tema con mucha fuerza e intensidad, demostrando su gran puesta en escena y dejándonos con un corte muy enérgico y potente.
Wolfheart
Avanzábamos un poco más en el tiempo para adentrarnos en su segundo trabajo, en el que estaba recogido “Zero gravity”, que fue tocado sin pausa con el anterior, un tema que empezó lento y machacón, para luego sonar a toda velocidad, siendo un muy buen un corte, combinando partes rápidas y potentes, con otras más relajadas y constantes, y en el que nos pidieron nuestras palmas, para continuar con “Burning sky”, de su más reciente obra, una pieza que se inició con una bella intro, para dar paso a una pieza pausada y machacona, pero que, después, se volvió más veloz e intensa, aunque sonando con un ritmo continuo y en el que nos hicieron arengar y alzar nuestro brazos.
Turno ahora para el corte con el que se abría su ópera prima, es decir, “The hunt”, el cual empezó con mucha fuerza y que luego se volvió más machacón y potente, mostrándonos un tema contundente y cañero, una gran composición, que se relajó en su parte final, para recuperar su actual trabajo con “Evenfall”, una pieza que comenzaron tras dirigir unas palabras a los presentes, la cual arrancó de manera muy veloz y poderosa pero que, después, combinó con partes más calmadas, dejándonos con una canción muy enérgica, intensa y directa.
Nos llevaron hasta su anterior trabajo con “The king”, un tema que se inició de manera calmada y pesada, comenzando a cantar Vagelis, mostrándonos un corte muy machacón e intenso, a la vez que potente, demostrando la calidad de sus composiciones, para, después de volver a dirigir unas palabras a los presentes, ser el momento de “Grave”, una pieza de su actual disco, que empezó lenta y en la que nos incitaron a hacer un circle pit, algo que lograron, siendo una canción muy rápida y cañera, jugando con partes más relajadas, pero, en esencia, muy veloz y poderosa, con Vagelis cantando algunas partes de la misma.
Wolfheart
Y así concluía, tras 35 minutos sobre las tablas, este grandísimo concierto de unos Wolfheart que sonaron de manera espectacular, demostrando su enorme clase y estilo y siendo, para mí al menos, la gran revelación del cartel, con un sonido realmente demoledor y una cuidada puesta en escena, pero en donde, sobre todo, destacaba la calidad y contundencia de sus temas.
La verdad es que tampoco los tenía muy seguidos, pero esta noche me dejaron con ganas de más, ya que realmente lograron enganchar a todos o a casi todos los presentes, con una intensidad y fuerza realmente destacables, logrando que moviésemos nuestras cabezas al ritmo de sus temas y todo ello gracias a lo bien engrasada que parece estar la maquinaria de este cuarteto.
Una de esas bandas que deberían estar más arriba y ser más conocidos, estos Wolfheart, y no me extrañaría que, en no mucho tiempo, lo lograsen, porque tienen mimbres de sobra para ello; no te los pierdas, si puedes verlos en directo, y sígueles la pista.
Solamente había una banda en el cartel a la que ya había visto en directo y eran los portugueses Moonspell, un grupo creado en el año 1992 y que está compuesto por Fernando Ribeiro, voz, Ricardo Amorim, guitarra, Pedro Paixão, teclados y guitarra, Aires Pereira, bajo, y Hugo Ribeiro, batería, y a los que había visto en la jornada del domingo del Metalway del año 2006.
Hasta el momento la banda tienen editados los discos “Wolfheart”, de 1995, “Irreligious”, de 1996, “Sin / Pecado”, de 1998, “The butterfly effect”, de 1999, “Darkness and hope”, del 2001, “The antidote”, del 2003, “Memorial”, del 2006, “Under satanæ”, del 2007, “Night eternal”, del 2008, “Alpha noir”, del 2012, “Extinct”, del 2015, “1755”, del 2017, y “Hermitage”, del 2021, además de los Eps “Under the Moonspell”, de 1994, y “2econd skin”, de 1997, los directos “Lusitanian metal”, del 2008, y “Lisboa under the spell”, del 2018, sin contar splits, recopilatorios y demás.
La verdad es que eran muchas las ganas por verlos por parte de los presentes, yo incluido, algo que se notó cuando empezó a sonar esa intro llamada “Perverse... almost religious”, que abría su segundo disco y con la que los músicos subieron al escenario entre muchos aplausos, con el teclado a modo de órgano de tubos situado a nuestra izquierda, para dar paso, tras saludarnos, a su canción más conocida, “Opium”, del mencionado trabajo, una pieza que sonó con mucha fuerza y que fue muy celebrada, ya que es un tema mítico de la banda y con el que se dieron a conocer.
Moonspell
Unido con el anterior llegaba “Awake!”, siguiendo el mismo orden que en esa obra de 1996, un tema que empezó lento y calmado, para convertirse en un corte machacón y pegadizo y que sonó con intensidad, con la gente totalmente entregada, tras el que su cantante se dirigió a nosotros, como lo haría durante toda la noche, en un perfecto castellano, para continuar con “Extinct”, la canción que daba nombre a su trabajo de hace 9 años y que sonó más contundente y muy movida, dejándonos con una pieza animada y quedona, la cual contó con un muy buen solo de guitarra.
Mientras nos avisaban de que había caído la noche, los teclados dieron paso a “Night eternal”, el tema que daba título a su trabajo del 2008, el cual empezó lento y machacón, siendo un corte muy intenso, que luego fue cogiendo más velocidad, aunque, más adelante, recuperaría ese sonido previo, antes de lanzarse a tocar la genial “Finisterra”, de aquel plástico del 2006, con Pedro a la guitarra, una canción que se inició con mucha fuerza y contundencia y que contó con un sonido constante y pegadizo, sobre todo en el estribillo, haciendo que la coreásemos con ganas, dejándonos con una pieza que fue muy bien acogida y celebrada por la concurrencia.
Moonspell
Unido a la anterior llegaba el momento de “In and above men”, el corte que abría su trabajo de hace 21 años, el cual empezó con mucha fuerza e intensidad, dándole bien de caña, siendo un tema muy poderoso y que contó con una aplastante batería, para, sin pausa alguna, continuar con “From lowering skies”, igual que en dicho disco y que fue conectado al anterior por el sonido de la batería y los coros de los presentes, con Pedro volviendo a los teclados y su vocalista comenzando a cantar de manera suave, para luego ir cogiendo más energía progresivamente e intensificándose en el estribillo, dejándonos una canción muy contundente, sobre todo en su segunda parte.
Nos dieron las gracias por nuestra acogida y por nuestros aplausos, antes de continuar recordando ese disco del año 2003 con “Everything invaded”, un tema que se inició de manera lenta, pero que luego se volvió más machacón y potente, para calmarse y recuperar fuerza en el estribillo, ofreciéndonos un corte intenso y poderoso, con unos muy buenos contrastes vocales y sonando con contundencia, antes de avanzar al 2015 con la pieza que abría al trabajo de ese año, “Breathe (Until we are no more)”, la cual empezó relajada, pero con intensidad, y que luego fue cogiendo más velocidad, aunque se volvió a pausar, alternando esa combinación entre parte más constantes y otras más sosegadas, animándonos a cantar con ellos.
Moonspell
La batería fue la que dio comienzo al siguiente tema, agradeciendo a las otras bandas el compartir escenario y animándonos a levantar el puño para celebrar el “Alma mater”, el corte que cerraba su primer disco, el cual fue muy celebrado y que contó con un ritmo machacón, sonando, este temazo, muy enérgico y con mucha energía, con toda la sala cantándola y con el público prolongado el final, incluso después de haberlo acabado, para dedicar a los seguidores de la formación “Full moon madness”, la que cerraba su segundo larga duración, mostrándose encantados de haber tocado aquí, una pieza que empezó lenta, pero que luego fue cogiendo fuerza e intensidad, combinando parte relajadas y constantes, con otras más contundentes, y que tuvo un momento para el lucimiento de Ricardo a la guitarra, situándose en la parte central y Fernando dándole a los platillos, concluyendo con esos coros finales de los presentes.
De esta manera y después de estar sobre las tablas apenas una hora, concluía este magnífico concierto a cargo de unos Moonspell que nos ofrecieron una grandísima actuación, logrando que la gente lo diese todo y disfrutase con el quinteto, el cual hizo un repaso a buena parte de su carrera, centrándose, especialmente, en algunos de sus primeros discos y viéndose una gran comunión entre los asistentes y la banda.
La verdad es que, aunque he de reconocer que tenía muchas ganas de verlos de nuevo en directo, no me esperaba encontrarlos en tan buena forma, con un sonido compacto y aplastante, demostrando, todos ellos, sus grandes cualidades y con un Fernando que nos dejó claro que sigue siendo un gran vocalista y, además, sabe cómo hacer que todos los presentes acabemos enganchados al concierto.
Para mí y de manera subjetiva, fue la banda que más disfrute y es que nos dieron un señor bolazo; si puedes ir a verlos en directo no te lo pienses mucho, porque están en un gran momento de forma.
Y llegaba el grupo principal de la noche, los suecos Dark Tranquillity, una banda creada en 1991, que está actualmente integrada por Mikael Stanne, voz, Johan Reinholdz, guitarra, Martin Brändström, teclados, Christian Janson, bajo, Joakim Strandberg Nilsson, batería, y que en esta gira están siendo acompañados en directo por Peter Lyse Hansen a la otra guitarra.
En su ya larga trayectoria tienen registrados los discos “Skydancer”, de 1993, “The gallery”, de 1995, “The mind's I”, de 1997, “Projector”, de 1999, “Haven”, del 2000, “Damage done”, del 2002, “Character”, del 2005, “Fiction”, del 2007, “We are the void”, del 2010, “Construct”, del 2013, “Atoma”, del 2016, “Moment”, del 2020, y “Endtime signals”, de este mismo año y que era el motivo de la gira, además de los Eps “Of chaos and eternal night”, de 1995, “Enter suicidal angels”, de 1996, “Lost to apathy”, del 2004, y “Zero distance”, del 2012, eso por no hablar de recopilaciones, splits o discos en directo.
En el cambio entre ambas bandas se procedió a desmontar la batería de los portugueses, para instalar el teclado de los suecos, pero todo ello se hizo según el horario previsto y enseguida teníamos sobre las tablas al sexteto, que subió con una intro de fondo y con una fuerte ovación de los presentes, para comenzar a repasar su actual disco con “The last imagination”, un tema que comenzó lento y machacón, pero que luego fue cogiendo fuerza, dejándonos un corte muy potente y quedón.
Dark Tranquillity
Durante toda la actuación estuvieron proyectando imágenes relacionadas con los temas que tocaban, continuando con “Nothing to no one”, el corte que abría su disco del año 2007, el cual empezó de manera lenta, pero que luego fue cogiendo velocidad, convirtiéndose en una composición rápida y machacona, para, después de intercambiar palabras con los asistentes, regresar a su actual trabajo con “Wayward eyes”, una pieza con un sonido constante, pero con fuerza, dejándonos con una canción muy pesada y pegadiza
Sin dejar ese mismo plástico, continuaron con “Unforgivable”, un corte que fue tocado a toda velocidad, mostrándonos un tema muy intenso y rápido, a la vez que cañero y potentísimo, con un muy buen solo de guitarra a cargo de Joan, relajándose levemente, pero sin perder esa fuerza, para proseguir con “Hours passed in exile”, de su disco de hace 22 años, que fue unida al anterior, una pieza que tuvo un inicio guitarrero y machacón, relajándose hacia la mitad de la canción, para, después, recuperar la energía previa, mientras la gente enloquecía.
Más calmada comenzó “The dark unbroken”, un tema que estaba recogido en su anterior disco y en el que el sonido de los teclados tuvo mucha presencia, intensificándose el corte y volviéndose más potente, aunque tuvo partes más calmadas, pero luego recuperando esa energía previa, para volver a su obra del 2002 con la pieza que la abría, “Final resistance”, una composición que empezó muy rápida y con mucha fuerza, ofreciéndonos una canción muy poderosa y machacona y que fue muy coreada por la gente.
Dark Tranquillity
No dejaban ese disco y continuaron con “Cathode ray sunshine”, otro corte que se inició con mucha fuerza y que fue tocado a toda velocidad, interpretándonos un tema muy potente y coreable, que se ralentizó brevemente, para luego recuperar la energía y rapidez del mismo, antes de lanzarse a tocar “Atoma”, del álbum de igual nombre, una pieza que comenzó con un sonido juguetón, alternando esas partes más calmadas antes del estribillo y la contundencia del mismo, dejándonos con una canción muy pegadiza y en donde el público dio palmas en esa parte en que la misma se relaja.
Los teclados fueron los que dieron el comienzo a “Shivers and voids”, el corte que abre su actual referencia, un tema con energía y potencia, que sonó de manera muy intensa y que contó con un gran solo de guitarra, para continuar, en este mismo plástico, con “Not nothing”, una emotiva pieza, que empezó de manera calmada, aunque luego fue cogiendo más fuerza, siendo una canción muy potente en los estribillos, a la vez que machacona y poderosa, calmándose en la parte final, notándose a su cantante emocionado y que sirvió para presentar los integrantes de la banda.
Recuperaron la velocidad, si es que en algún momento la habían perdido, para continuar con “Empty me”, englobado en su disco del 2007, un tema muy potente, rápido y cañero, que contó con partes más machaconas y con una importante presencia de los teclados, quienes fueron, precisamente, los que dieron comienzo a “Our disconnect”, una pieza de este nuevo trabajo que venían presentando, cuyo inicio fue acompañado por el sonido de las palmas de los presentes, dejándonos con una canción, que tuvo un sonido de batería lento y pesado, pero con fuerza, volviéndose, después, una composición más intensa y contundente.
De nuevo los teclados fueron los que comenzaron “Phantom days”, el tema que abría su anterior disco, el cual tuvo un ritmo machacón, siendo un corte muy intenso, con partes muy potentes y que contó con un buen solo de guitarra, para llevarnos hasta su cuarto trabajo, que, precisamente, este año cumple 25 años y en donde aparecía “ThereIn”, una canción que empezó guitarrera y con mucha fuerza, pero que tuvo esas partes más relajada antes del estribillo, con la gente coreándola con ganas y dejándonos con un poderoso final.
Se fueron brevemente del escenario, pero enseguida volvieron, para lanzarse a interpretar “The wonders at your feet”, el tema que abría su disco del año 2000, que se inició de manera muy potente, con los teclados teniendo mucho protagonismo y con partes más calmadas, pero sin perder la fuerza e intensificándose en el estribillo, para continuar con “Lost to apathy”, la canción que daba nombre y abría su Ep de hace 20 años, después de hablar con los presentes, una pieza muy machacona y pegadiza, a la vez que coreada.
Y su tiempo esa noche se acababa, no sin antes mostrarse encantados de estar aquí y concluir con “Misery's Crown”, de su obra del 2007, y que empezó con energía y con la gente saltando y dándolo todo, quemando sus últimas fuerzas, calmándose, brevemente, para luego recuperar la intensidad, dejándonos un corte que resultó muy pegadizo y cantado, y con el que pusieron el punto y final a su velada, tras hora y media sobre las tablas.
Dark Tranquillity
Dark Tranquillity nos ofrecieron un concierto aplastante, demostrando ser una banda con un directo soberbio y que han corroborado las buenas palabras que habíamos oído sobre sus actuaciones, con toda la gente entregada y haciendo un amplio recorrido a su muy extensa discografía, aunque centrándose más en sus últimos discos que, todo sea dicho de paso, son tan buenos como los clásicos e incluso alguno puede ser hasta mejor.
La verdad es que el carisma y la inconfundible voz de su cantante son lo que más llama la atención en directo, pero no debemos olvidar que estamos ante un gran elenco de músicos, los cuales, pese a llevar algunos de ellos poco tiempo en la banda, nos demostraron lo bien que se han sabido integrar en este grupo, que sonó muy compacto y contundente y que dejaron a todos sus seguidores más que satisfechos.
Dark Tranquillity dieron esta noche un grandísimo concierto y es que, te guste más o te guste menos su estilo, hay que rendirse a la evidencia de su enorme nivel; muy recomendables en vivo.
De esta manera y tras despedirme y cambiar impresiones con algunos de los presentes, me fui del Escenario Santander, en esta noche en la que la capital cántabra se convirtió en el centro del metal extremo del norte peninsular, gracias a las actuaciones de Hiraes, Wolfheart, Moonspell y Dark Tranquillity, rayando todas las bandas a gran altura, pese a las limitaciones de sonido y de tiempo que algunos tuvieron que sortear, pero dándolo todo sobre las tablas y demostrando, las unas, el porqué de su legado, y, las otras, que pueden dar mucho que hablar, y todo ello gracias, una vez más, a la apuesta decidida de la nueva dirección de la sala porque los diferentes estilos del rock y del metal en esta caso, tengan cabida bajos sus paredes. Que siga la fiesta.