En vísperas de las fiestas de semana santa me acerqué, tras casi 4 meses sin hacerlo, a El Surtidor de Sarón, en donde iban a actuar los chicos de El Año Del Caimán, desde la localidad bizcaína de Muskiz, a los que había visto el verano pasado, en este mismo local, pero en un formato distinto al que tendríamos esta noche.
Y es que esta noche, el grupo compuesto por Juantxu Arranz, voz, Samuel Larrabide, guitarra y coros, Borja, bajo, e Ibon Iparraguirre, batería, formado hace 3 años y con ya un disco publicado, llamado “El perfil de Judas”, editado en ese mismo 2002, iban a basar su repertorio en temas propios, actuando en formato eléctrico, a diferencia de la anterior vez en que vinieron como trío, tocando en acústico y dando un concierto principalmente de versiones.
Ante una escasa afluencia de gente y de manera puntual, se presentó la banda ante los allí congregados, comenzando su actuación con el tema que también abre su único disco hasta la fecha, “El club de los 80”, un corte muy guitarrero e intenso, que tuvo un buen estribillo y que sonó pegadizo, para seguir repasando ese mismo album con “Ruido sordo”, no sin antes saludarnos, una pieza con fuerza y potencia, que contó con un sonido machacón, un buen solo de guitarra y un bajo marcado en su parte final.
Nos recordaron su anterior visita, antes de lanzarse a tocar “La viuda de San Andrés”, un tema que subieron a redes hace un par de años y que estará en su próximo disco, sonando con mucha intensidad y demostrando la calidad de todos sus integrantes, ofreciéndonos un corte pegadizo y potente, en el que Samuel nos dejó un buen solo de guitarra, para volver a ese álbum que tienen editado con el que denominaron un clásico de su trayectoria, “No habrá nada”, una pieza que comenzó de manera guitarrera, siendo una canción muy quedona y movida, además de muy poderosa, y que contó con un gran solo de guitarra y un machacón final.
El Año del Caimán
Con mucha fuerza empezó “Renacer”, un tema nuevo que, nos dijeron, ira en su próximo disco, el cual también fue muy veloz en su arranque, relajándose para luego acelerarse, jugando con esos contrastes y volviéndose un corte más machacón, con un gran solo de guitarra y un estribillo pegadizo, para, tras un cambio de guitarra, continuar con más canciones que irán ese nuevo trabajo con “Vértigo”, la cual habla de la masacre que está sufriendo el pueblo palestino, y que tuvo un comienzo guitarrero y cantando con un megáfono en su inicio, dejándonos una pieza muy contundente y con un sonido cañero, siendo, además, muy quedona, aunque con ese momento en qué se calma, con el bajo en primer plano, para mostrarnos un gran solo de guitarra.
Tras un nuevo cambio de guitarra y agradeciendo nuestros aplausos, se lanzaron a hacer una versión del tema “Entre dos tierras”, de los Héroes del silencio, reconociendo que, aunque no era suyo, era un corte que les gustaba mucho, un clásico que empezaron de manera guitarrera, dándole un toque muy personal y logrado, para seguir con las canciones que irán en su próximo trabajo con “Mil avispas”, la cual tuvo un inicio eléctrico y potente, con un bajo marcado, dejándonos con una pieza pegadiza y con un sonido constante, relajándose levemente para dar paso a un buen solo de guitarra y retomando, después, la intensidad previa.
El genocidio que está padeciendo el pueblo palestino ha calado en la temática de la banda, como ellos mismos comentaron al presentar “Jinete de invierno”, del que publicarán un video clip en breves fechas, un corte que tuvo un intenso inicio, para luego coger más velocidad, mostrándonos un tema machacón y pegadizo, que tuco un buen solo de guitarra y un poderoso final.
El Año del Caimán
Después de agradecer nuestra acogida, continuaron con el corte que cierra su único disco, “Generoso”, el cual habla sobre una persona que no tiene escrúpulo, un tema que tuvo un inicio guitarrero y lento, pero con intensidad, siendo muy pegadizo y con potencia y contando con un buen solo guitarra, para pasar a interpretar la última pieza que habían subido a redes hasta esa fecha, “Punto muerto”, del pasado año, recordando la grabación de su video clip en Islares, una canción que comenzó con mucha fuerza y energía, además de ser muy quedona y poderosa, demostrando que nos espera un gran segundo trabajo.
Momento de presentar los miembros de la banda, antes de comenzar a interpretar su versión del “Pasos de equilibrista”, de los murcianos M Clan, animándonos a cantar con ellos, un tema que empezó guitarrero, el cual tuvo un sonido quedón y un ritmo constante y pegadizo, relajándose levemente, antes de recuperar la intensidad previa.
Y aunque en un principio su repertorio estaba finiquitado, se animaron a tocar de nuevo “La viuda de San Andrés”, confesándonos Juantxu que, cuando la escribió, no pensó que fuese a reflejar lo vivido por alguien cercano, una canción que empezó con dureza y fuerza, contando con un ritmo quedón y dejándonos con una pieza que contó con un muy pegadizo estribillo y un buen solo de guitarra.
De esta manera y tras estar sobre las tablas aproximadamente una hora, concluía esta actuación de El Año Del Caimán, los cuales, pese a la escasa presencia de gente, dieron un gran concierto y, al menos yo, me quité la espina que tenía y pude escuchar sus temas en eléctrico, demostrando ser una banda con mucha solvencia en directo y eso que su bajista llevaba poco tiempo con ellos.
El Año del Caimán
Si el primer disco me pareció interesante, lo que está a punto de llegar con su segunda obra va a suponer un paso adelante muy grande para este grupo, a tenor de los escuchado esta noche, ya que son canciones muy elaboradas y de calidad, a cargo de una formación que no se arrugó por la poca gente presente y salieron a hacer lo que les gusta y saben hacer muy bien, que es rockear.
El Año Del Caimán es una de esas bandas que han de tener un mayor reconocimiento y que, estoy seguro, a tenor de lo que esta noche escuchamos y de lo que se aventura para su segundo disco, lo conseguirán en poco tiempo.
Después de saludar y despedirme de la gente de la banda y con el disco de ésta en el bolsillo, me fui de El Surtidor de Sarón, donde volvimos a disfrutar de un concierto de El Año Del Caimán, esta vez en formato eléctrico y casi exclusivamente basado en temas propios, una actuación que me gustó muchísimo más que la de hace 9 meses, demostrando que se encuentran en buena forma, como pudimos comprobar en este luchador local, que sigue programando música en vivo casi todas las semanas del año.